sábado, 19 de octubre de 2013

EL NUEVO MONTAJE SICOSOCIAL DEL REO FUJIMORI







Fujimori ha sido definido como un mentiroso compulsivo, la historia de sus mentiras se inicia en el mismo momento en que apareció en la escena política, sin programa ni doctrina que cuando fue exigido de presentarlas, dijo haberse intoxicado por comer bacalao. Mintió cuando dijo ser peruano, y apenas pudo corrió a presentarse como candidato al congreso japonés patria a la que juró defender con su vida. Mintió tanto que como una señora señaló en una de las redes sociales por Internet, “al mentiroso, lo cierto se le hace dudoso”.

Hildebrant, con su conocida ironía expresa: Disfrazado de tango, haciendo el muertito en el océano de farsa donde siempre ha vivido, Fujimori demostró que también es peruano. Sabe fingir. Actúa. Interpreta un papel. Es teatro puro.
Fue siempre así. En enero de 1990, cuando lo investigamos, descubrimos que había defraudado al fisco en las 34 operaciones inmobiliarias que efectuó teniendo a la ingeniera civil Susana Higuchi como socia y cómplice. Pero se presentaba como el japonesito honesto construido por los asesores de campaña que el Apra le prestó”.

Fujimori debe ser condenado una vez más, porque hay suficientes pruebas que lo incriminan. El pueblo peruano está atento a los chanchullos de una Justicia que es casi un reflejo del criminal al que se va a juzgar. Sin embargo confiamos en que aun hay jueces y fiscales probos que sabrán cumplir su papel ante el pueblo peruano y ante la historia.

Prensa Libre seguirá los acontecimientos de este nuevo juicio y con los peruanos en el exterior sabremos estar alertas ante cualquier desvío legal que pueda conducir a la impunidad.

Fujimori debe pagar sus crímenes en la cárcel. Los peruanos no queremos nada menos.

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