domingo, 5 de enero de 2014

El Sistema Capitalista “mata”…



  



Por L A T


Este es nuestro último artículo del 2013 y, a manera de reflexión, retomamos las palabras del papa Francisco: “el sistema capitalista liberal ‘mata’ pues está basado en la iniquidad y genera desigualdades insostenibles”. ¿Llegan esas palabras a más de siete mil de millones de seres humanos que  podrían haber reaccionado con murmullos sorprendidos e incrédulos; a más de mil millones de gritos desesperados de personas que pasan hambre y no entienden por qué; al silencio de 70 millones de personas que viven en la cúspide, que no quieren pensar que su peso e insensibilidad es el que más contribuye a las desgracias que se viven en la base de la pirámide?

En los últimos tiempos, la pirámide de la riqueza global es medida y graficada por un informe del Credit Suisse. Ciertamente, no hay mucho más que decir viendo el informe, pero resulta curioso cómo se valora el potencial consumidor del amplio grupo (92% de la población) que acapara más de 40 billones de dólares (trillones para los americanos) frente a lo que puede consumir el reducido grupo restante que cuenta con 200 billones de dólares para gastar. El truco está en lo de siempre, tan pocos no pueden gastar tanto y por eso mayormente especulan y acaparan para el futuro. Ahora los muchos que tienen lo justo o menos, se lo gastan todo pues no les da casi para ahorrar; y claro eso es bueno para el consumo.
La riqueza global está más concentrada en la actualidad en manos de la elite, que en ningún otro momento en la historia moderna. En otra época, la vasta mayoría de la gente en el mundo sabía cómo cultivar su propio alimento, criar sus propios animales y cuidar de sí misma. No había muchos fabulosamente ricos, pero existía una dignidad tranquila en la posesión de tierra que pudiera llamarse propia o de una experiencia que podría ser convertida en un negocio. 

Desgraciadamente, durante las últimas décadas cada vez más tierras laborables han sido engullidas por las grandes corporaciones gracias a gobiernos corruptos. Cientos de millones de personas han sido despojadas y desplazados de sus tierras hacia áreas de alta concentración urbana. Al mismo tiempo, es cada vez más difícil iniciar un negocio propio ya que las corporaciones globales monolíticas han llegado a dominar casi cada sector de la economía mundial. Por lo tanto, más gente que nunca en todo el mundo se ve obligada a trabajar para “el sistema” sólo para subsistir. Al mismo tiempo, los que están muy arriba en la cadena alimentaria (la elite) han pasado décadas amañando el sistema para asegurar que crecientes cantidades de riqueza sigan fluyendo a sus arcas. Por lo tanto, ahora tenemos un sistema global en el cual unos pocos elitistas en la cumbre poseen una riqueza insensata mientras la mitad de la gente en el mundo es míseramente pobre.

Hay muy pocas naciones en el mundo que no han sido casi totalmente saqueadas por la elite global. Cuando la elite habla de “invertir” en países pobres, lo que quiere decir en realidad es apoderarse del control de la tierra, el agua, el petróleo y otros recursos naturales.
En docenas de naciones en todo el mundo, grandes corporaciones globales arrancan cantidades fabulosas de riquezas del suelo, a pesar de que la vasta mayoría de los ciudadanos de esas naciones sigue viviendo en una pobreza abyecta. Mientras tanto, los máximos políticos de esas naciones reciben inmensos sobornos para que acepten el saqueo. Por lo tanto, el mundo es dominado por un puñado muy limitado de elitistas ultra ricos que poseen una cantidad casi increíble de activos reales, un grupo mayor de “administradores de nivel medio”, dirige el sistema para la elite global (y es recompensado con mucha generosidad por hacerlo), mientras que cientos de millones de personas hacen realmente el trabajo requerido por el sistema, y varios miles de millones de “consumidores inútiles”, que la elite global no necesita y a la que considera  una población bastante inútil.
El sistema capitalista no fue concebido para mejorar la condición de los pobres. Tampoco para promover la “libre empresa” y la “competencia”. En lugar de ello, la elite se propone canalizar toda la riqueza en su dirección y que el resto sea esclavizado por las deudas o la pobreza. 

“El sistema capitalista liberal "mata" pues está basado en la iniquidad y genera desigualdades insostenibles”. La codicia prolifera en todo el globo, y el mundo se está convirtiendo en un sitio muy frío. Por desgracia, a menos que pase algo realmente dramático, los ricos seguirán enriqueciéndose y los pobres simplemente seguirán siendo cada vez más pobres. La descripción del Papa Francisco y de muchas personas sobre el sistema económico que rige al mundo, es la correcta, lo importante es buscar alternativas, ese es el propósito de esta reflexión, no quedarnos solo en el diagnostico. El reto es tarea del 2014.

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