Por Alfredo Portal Eyzaguirre
La
crítica oficial en el Perú ha soslayado o simplemente ignorado la creación poética
hecha por escritores de extracción proletaria, fundamentalmente porque su temática
está centrada en la denuncia sobre la explotación y las condiciones de
postergación en que viven. También se trata del prejuicio arraigado y
alimentado por la burguesía, de que un obrero, un trabajador de extracción
social proletaria o un trabajador de la cultura popular, está excluido,
marginado, ausente, del exclusivo predio de la literatura, al que sólo una
privilegiada elite puede llegar. La luz de la ilustración, entonces, sólo
alumbra a los elegidos, ungidos por un privilegio de
clase que quieren perpetuar en la literatura.
Sin embargo, en la historia de la poesía peruana, corre esta vigorosa corriente de la creación clasista, sobre todo luego de la consolidación de la organización del proletariado y a la orientación que Mariátegui, con su docencia intelectual, impartiera, interesado en el crecimiento cultural de la clase trabajadora. En los años aurorales de las primeras organizaciones de trabajadores, a inicios del siglo veinte, en los que el poeta y político anarquista, Manuel González Prada, ejerció una gran influencia en los gremios artesanales del Perú, quienes en 1904, ya se constituyen en la Federación de Obreros Panaderos Estrella del Perú. Surgen entonces publicaciones como El Oprimido, en 1907, dirigido por los hermanos Manuel y Delfín Lévano, el portuario Romilio Quesada, el obrero textil de Vitarte Luis Felipe Grillo, creando el Centro de Estudios Sociales Primero de Mayo. Luego, en 1910, los dirigentes Manuel Caracciolo Lévano y su hijo Delfín, publicaron La Protesta , que durante 15 años fue el principal medio de información y de propaganda del movimiento obrero.
Al
calor del combate por las reivindicaciones sociales, y contando con una
publicación para la clase obrera, surgen los poetas que usarán sus versos para
extender la toma de conciencia de una realidad lacerante, producto
de la explotación capitalista. La importancia que estos trabajadores le dieron
a la cultura, tradicionalmente en manos de la burguesía, fue determinante para
que se forjara la poesía proletaria, como
expresión de una literatura clasista.
Una muestra de poesía proletaria en el Perú.
de la riqueza
¿por qué...?
Porque eres el productor,
pero la clase,
rica y burguesa
se lleva el fruto
de tu sudor.
Tú que trabajas
humildemente,
que no eres pillo
ni eres ladrón;
pasas la vida
miserablemente
y eres esclavo
de un vil mandón.
Quiéres obrero
sobre el planeta
cambiar de suerte
de condición?
¡entonces canta
con el poeta!
¡viva la huelga
viva la unión!
A. Hekshen "El Obrero
Hambriento" Lima, 1 de mayo de 1920 Publicado en "El Obrero
Textil" en la primera quincena de julio de 1920.
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