domingo, 23 de marzo de 2014

De Tipas, tipos y topos

Palacio de Gobierno, Lima, Perú. Aquí funciona el poder formal

Embajada de los EEUU, Lima, Perú, Aquí funciona el poder real

Por Cabe
Tal como lo señalamos en la edición de la semana pasada, la supuesta crisis de gobernabilidad, generada por la falta del voto de confianza al gabinete que preside René Cornejo, era “papayita” de resolver. En efecto, bastó la intervención de la Confiep, como ha trascendido, con su reclamo de que la falta de gobernabilidad puede afectar las inversiones, para que el Congreso se alineara y saliera del aprieto en el que habían metido al gobierno.
Con seguridad que en la Embajada de EEUU, que es la que le corta el jamón a la Confiep, hubo tranquilidad luego del voto que permite que uno de los hombres de confianza de los inversionistas y del FMI pueda hacer “su trabajo”.
Por encima de las críticas a Nadine Heredia, para que no se entrometa en el gobierno de su marido, la primera dama, que también es presidenta del Partido Nacionalista, cargo que ejerce sin votación de por medio, hizo público un provocador documento partidario, con su rúbrica incluida, en el que asume un rol de jefatura de los parlamentarios nacionalistas y coincide con la Confiep en el llamado a otorgar el voto de confianza al gabinete Cornejo. Esta nueva afrenta de Nadine revela el carácter de esta señora que no debiera merecer el odio de la derecha porque es quien mejor la representa en el gobierno.
Sin embargo, y pedimos perdón por citarnos nuevamente, pero en nuestra modesta opinión queda establecido que el odio y la desconfianza que genera la pareja presidencial, tanto en la derecha como en la izquierda, es el odio y desconfianza que generan los herejes y renegados.
Pero en el ínterin, mientras estos humos de la gobernabilidad envuelven al Perú como un frío y nublado amanecer en Barranco, cuando no se ve más allá de las narices, el gobierno del extraño nacionalismo, que defiende en primer y último lugar a la inversión extranjera, está arremetiendo contra los campesinos de Conga y también contra los llamados informales quienes se encuentran en Lima exigiendo hablar con Cornejo y demás “nacionalistas” como él para exigir que el gobierno atienda sus demandas y amplíe el plazo de formalización.
Pero si hay abusos y balazos contra los campesinos de Cajamarca que defienden con las uñas sus lagunas de la que Conga es emblemática; en el Sur, Puno, Arequipa y mas cerca como Chuquibamba y Acarí, pasando por Atico y Chala en Caravelí o los de Sandia, Carabaya y San Antonio de Putina, los mineros están radicalizando sus acciones para hacerse escuchar. Incluso, prescindiendo del hecho de que en Yauca, adonde han llegado 1500 mineros, y 300 policías, el mercado de artículos de primera necesidad, se ha quedado vacío por la imprevista demanda que duplica el número de habitantes que tiene este poblado.
En tal sentido, se percibe que el lema “Perú país minero”, que deslumbra a la Confiep, complace a la embajada yanqui, y hace frotar las manos a los dueños de las corporaciones imperialistas, sigue imponiéndose como sino del capitalismo neoliberal.
Y eso no es todo, hay muchas mas demandas que pueden movilizar al Perú entero, como aquellas apagadas en la amazonía, a causa de la mediocre dirigencia del timorato Pizango, más dispuesto a tranzar que a luchar. Lejos quedó su minuto de valiente que fue capaz de llamar a la insurrección.
La izquierda democrático popular, también llamada “tradicional”, muy bien gracias, ya está nuevamente ensoberbecida con el “triunfo” aplastante de Susana Villarán en la solución de los problemas de La Parada. Esta izquierda de la que muchos no nos sentimos parte ni compartimos su historia, piensan de que porque los diarios de la derecha aplauden ahora el espectáculo de cientos de policías agarrando a palos a cholos inmundos, delincuentes, a putas y lúmpenes y destruyendo con tractores su reducto de ratas, ya pasaron al nivel de aceptación por lo que la candidatura a la reelección de la Villarán pasaría a ser indiscutible.
No saben que ya la derecha le debe estar preparando una nueva zancadilla para devolverla al escaso índice de aceptación al que la han llevado desde el inicio de su gestión. Por eso esta izquierda está cada vez más huérfana de apoyo popular y solo tiene algo de aceptación de sectores de clase media. No olvidemos que Villarán mantuvo su chamba gracias a los votantes de las clase A y B.

Que los socialistas sigan su labor de topos, en algún momento saldrán a la luz.

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