Palacio de Gobierno, Lima, Perú. Aquí funciona el poder formal |
Embajada de los EEUU, Lima, Perú, Aquí funciona el poder real |
Por Cabe
Tal como lo señalamos en la edición de la
semana pasada, la supuesta crisis de gobernabilidad, generada por la falta del
voto de confianza al gabinete que preside René Cornejo, era “papayita” de
resolver. En efecto, bastó la intervención de la Confiep, como ha trascendido,
con su reclamo de que la falta de gobernabilidad puede afectar las inversiones,
para que el Congreso se alineara y saliera del aprieto en el que habían metido
al gobierno.
Con seguridad que en la Embajada
de EEUU, que es la que le corta el jamón a la Confiep, hubo
tranquilidad luego del voto que permite que uno de los hombres de confianza de
los inversionistas y del FMI pueda hacer “su trabajo”.
Por encima de las críticas a
Nadine Heredia, para que no se entrometa en el gobierno de su marido, la
primera dama, que también es presidenta del Partido Nacionalista, cargo que
ejerce sin votación de por medio, hizo público un provocador documento partidario, con
su rúbrica incluida, en el que asume un rol de jefatura de los parlamentarios
nacionalistas y coincide con la Confiep en el llamado a otorgar el voto de
confianza al gabinete Cornejo. Esta nueva afrenta de Nadine revela el carácter de
esta señora que no debiera merecer el odio de la derecha porque es quien mejor
la representa en el gobierno.
Sin embargo, y pedimos perdón por
citarnos nuevamente, pero en nuestra modesta opinión queda establecido que el
odio y la desconfianza que genera la pareja presidencial, tanto en la derecha
como en la izquierda, es el odio y desconfianza que generan los herejes y
renegados.
Pero en el ínterin, mientras
estos humos de la gobernabilidad envuelven al Perú como un frío y nublado
amanecer en Barranco, cuando no se ve más allá de las narices, el gobierno del
extraño nacionalismo, que defiende en primer y último lugar a la inversión
extranjera, está arremetiendo contra los campesinos de Conga y también contra
los llamados informales quienes se encuentran en Lima exigiendo hablar con
Cornejo y demás “nacionalistas” como él para exigir que el gobierno atienda sus
demandas y amplíe el plazo de formalización.
Pero si hay abusos y balazos
contra los campesinos de Cajamarca que defienden con las uñas sus
lagunas de la que Conga es emblemática; en el Sur, Puno, Arequipa y mas cerca
como Chuquibamba y Acarí, pasando por Atico y Chala en Caravelí o los de Sandia, Carabaya y San
Antonio de Putina, los mineros están radicalizando sus acciones para hacerse
escuchar. Incluso, prescindiendo del hecho de que en Yauca, adonde han llegado
1500 mineros, y 300 policías, el mercado de artículos de primera necesidad, se
ha quedado vacío por la imprevista demanda que duplica el número de habitantes que tiene
este poblado.
En tal sentido, se percibe que
el lema “Perú país minero”, que deslumbra a la Confiep, complace a la embajada
yanqui, y hace frotar las manos a los dueños de las corporaciones
imperialistas, sigue imponiéndose como sino del capitalismo neoliberal.
Y eso no es todo, hay muchas mas
demandas que pueden movilizar al Perú entero, como aquellas apagadas en la
amazonía, a causa de la mediocre dirigencia del timorato Pizango, más
dispuesto a tranzar que a luchar. Lejos quedó su minuto de valiente que fue
capaz de llamar a la insurrección.
La izquierda democrático
popular, también llamada “tradicional”, muy bien gracias, ya está nuevamente
ensoberbecida con el “triunfo” aplastante de Susana Villarán en la solución de
los problemas de La Parada. Esta izquierda de la que muchos no nos sentimos
parte ni compartimos su historia, piensan de que porque los diarios de la
derecha aplauden ahora el espectáculo de cientos de policías agarrando a palos
a cholos inmundos, delincuentes, a putas y lúmpenes y destruyendo con
tractores su reducto de ratas, ya pasaron al nivel de aceptación por lo que la
candidatura a la reelección de la Villarán pasaría a ser indiscutible.
No saben que ya la derecha le
debe estar preparando una nueva zancadilla para devolverla al escaso índice de
aceptación al que la han llevado desde el inicio de su gestión. Por eso esta
izquierda está cada vez más huérfana de apoyo popular y solo tiene algo de
aceptación de sectores de clase media. No olvidemos que Villarán mantuvo su
chamba gracias a los votantes de las clase A y B.
Que los socialistas sigan su
labor de topos, en algún momento saldrán a la luz.
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