jueves, 7 de noviembre de 2013

Revolución de Octubre, en Noviembre

Fábrica Putilov que concentraba 35,000 obreros

ESPECIAL EN EL DÍA DE LA REVOLUCIÓN RUSA

En Rusia, un día como hoy, 7 de noviembre de 1917, (25 de octubre según el calendario Juliano), a pesar del frío de otoño, el sol alumbró y calentó más que nunca. Los trabajadores, campesinos, artesanos, amas de casa de barriadas, los pobres y hambrientos tomaron el poder en sus manos.

En febrero del mismo año habían acabado con la monarquía, dando oportunidad a la clase empresarial capitalista para resolver sus problemas: Jornada de 8 horas, tierra para los campesinos y paz ante una guerra que solo sacrificaba a los más pobres, que eran arrastrados descalzos al frente de combate. Cerca de dos millones de muertos y más de 6 millones entre heridos y mutilados era el costo de una guerra que no ofrecía ningún futuro de bienestar a los explotados de siempre.

Los empresarios capitalistas, se mostraron indolentes e incapaces de resolver ninguna demanda popular. Por ello, el pueblo organizado en Soviets, es decir en asambleas populares elegidas en democracia horizontal, decidió poner fin a siglos de ignominiosa historia.

Soviet de Petrogrado
Sus esfuerzos y luchas se vieron realizadas cuando se decreta el fin del capitalismo, basado en la propiedad privada de los grandes medios de producción y se entregan las fábricas al control de los trabajadores. Lo mismo en el campo, donde millones de campesinos sin tierra deciden tomarla y acabar con la propiedad latifundista y el servilismo que consistía en hacerlos trabajar gratis, sin pago alguno, a cambio de tierras eriazas que, alquiladas, solo convertían a estos seres humanos en eternos deudores.
Al tomar el poder, se develó ante el mundo que los patrones, que se llaman a sí mismos empresarios o emprendedores eran innecesarios. Como innecesarios sus bancos, sus administradores, sus capataces, su policía, su ejército, sus burócratas y sus políticos corruptos.

El mundo podía vivir sin los Rockefeller, sin los Dionisio Romero, o sin los testaferros al estilo de Roque Benavides. La humanidad puede prescindir de políticos amenazantes y mendaces como Bush, Berlusconi o Rajoy. Sin ladrones y asesinos como Fujimori, García, o sin farsantes, traidores y mentirosos como Toledo y Humala.

Lenin habla a la multitud, abajo, Trotsky
Por eso el pueblo ruso fue atacado por los mismos que antes estaban en guerra. Inglaterra y Alemania se unieron para liquidar esa revolución, después de haber dicho que no duraría por mucho tiempo, que sola se aniquilaría.

Desafortunadamente el sueño de libertad, igualdad y fraternidad, una vez más fue ahogado en sangre. Los pocos héroes de la revolución que sobrevivieron a la masacre, fueron incompetentes para evitar la contrarrevolución que bajo el golpe de Estado dirigido por Stalin, en 1924, transformó el sueño en pesadilla por la que millones de rusos tuvieron que pagar con su sangre y sus vidas el sueño de igualdad para todos.

Hoy, en Rusia, la lucha contra el capitalismo nuevamente se reanuda y se une a los indignados del mundo entero que hartos le dicen ¡basta! al 1% que se ha apoderado del planeta y lo amenaza con su destrucción y la extinción de la especie humana.

Ya sabemos que gracias a 1917, algún día, ese 1% de innecesarios desaparecerá, cuando las medidas de entonces se hagan extensivas a todos los países del mundo. Entonces, el planeta volverá a ser de todos y para todos. Pero para que llegue ese día, debemos organizarnos y luchar.


NOTA.- En nuestra edición de este fin de semana, ofreceremos una Separata con un reporte ampliado respecto a la Revolución Rusa de 1917

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