lunes, 14 de abril de 2014

MARIAN ANDERSON


La cantante de ópera que hizo historia en un segregado EE.UU.
Vincent Dowd
Tomado de la edición digital del 9 de abrild de la BBC

Hace 75 años, se llevó a cabo un concierto en Washington DC que es visto por muchas personas como un importante precursor del movimiento de los derechos civiles de las décadas de los años 50 y 60.
En el concierto, celebrado en el Monumento de Lincoln, cantó la contralto clásica Marian Anderson, considerada como una de las mejores voces estadounidenses de la época.
Cuando el color de su piel la excluyó de participar en una presentación que se celebraría en un salón de gran prestigio, Anderson, quien insistió que no tenía ningún interés en ser una activista social, se convirtió en el centro de una fiera tormenta política.
Por gran parte de su vida, Anderson fue la dueña de la casa número 762 de la calle South Martin, en Filadelfia. Hoy en día, la modesta propiedad ha sido restaurada como un museo dedicado a su distinguida vida y carrera.
En 1998, Filadelfia oficialmente renombró la calle como Marian Anderson.
En su vida privada, Anderson era una persona reservada. En el escenario, era una artista magnífica, ya fuese que interpretara un repertorio de ópera o cantos espirituales.
La cantante siempre dijo que todo lo que ella deseaba decir estaba en su arte. Sin embargo, se vio en el centro de un debate público sobre la política de segregación racial en la mismísima capital estadounidense.

Silencio
Anderson había nacido en Filadelfia en 1897. Sus padres, que no eran personas adineradas, asistían a la Iglesia Bautista. Fue allí donde la habilidad vocal de la joven se hizo evidente.
La música Blanche Burton Lyles conoció a Anderson cuando era niña. Tras la muerte de la cantante, Burton creó el museo en su honor.
"Marian era muy amable y gentil. Era muy modesta. No tenía interés en la política pero aquí en Filadelfia se convirtió en una gran figura. Cuando escuchas sus grabaciones, percibes una profundidad real".
"Algunas veces, al final de sus conciertos había un silencio total, lo cual pudo haber preocupado a algunos artistas. Pero ese silencio venía más bien de la reverencia de la audiencia ante su espiritualidad".
Al terminar el bachillerato, Anderson se presentó para estudiar en la Academia de Música de Filadelfia, una institución donde todos eran blancos. Pero fue rechazada no porque careciera de talento o de potencial como cantante, sino por su color de piel.

"Decepcionada"
Anderson regresó a Londres en 1952, tras visitar Suecia.
En 1984, Anderson le contó a la BBC cómo se sintió al ser rechazada.
"Me sentí absolutamente devastada, terriblemente decepcionada. La joven que me atendió parecía sentir mucho placer al decírmelo. Como yo era realmente ingenua, sentí que una persona conectada con la música no podría tener esa actitud".
Anderson estudió privadamente, apoyada financieramente por la comunidad local. Desde mediados de los años 20, su reputación creció: la pureza de su tono era muy admirado.
Pero para desarrollar una carrera del nivel más alto, la artista necesitaba salir al extranjero.
Anderson hizo su debut en Londres en 1930 y fue aclamada en Salzburgo y Moscú. Era una de las cantantes favoritas del gran compositor finlandés Sibelius.

1939, el año
El incidente que le dio un lugar en la historia social estadounidense ocurrió en 1939.
Su agente, Sol Hurok, y ella decidieron que había llegado el momento para cantar en el Salón de la Constitución, que en ese entonces era considerado el principal salón en Washington dedicado a la música clásica (un honor que después le fue cedido al Centro Kennedy).
El Salón de la Constitución le pertenecía a la organización conocida como Hijas de la Revolución Estadounidense (DAR, por sus siglas en inglés: Daughters of the American Revolution).
El DAR es una institución para mujeres que "puedan probar una descendencia lineal de un patriota de la Revolución Estadounidense".
En 1939 esa definición era suficiente para excluir a cualquier persona que fuera negra.
Hoy en día el DAR es enfático al afirmar que, años después, Anderson se presentó en el Salón de la Constitución.
Por largo tiempo, esa organización se ha disculpado por sus antiguas políticas y este sábado celebrará un concierto en Washington, presentado por la ganadora del Grammy Jessye Norman, en honor a Anderson.

Protesta
Pero hace 75 años, Washington DC era una ciudad segregada y todas las protestas que protagonizaron los artistas en apoyo a Anderson fueron en vano.
Anderson junto al presidente John Kennedy, el canciller alemán Konrad Adenauer, el senador George McGovern y la viuda de Woodrow Wilson.
Sin embargo, ocurrió algo que sacudió a DAR en su núcleo. La primera dama de Estados Unidos Eleanor Roosevelt renunció a su membresía en protesta por la forma en que la cantante había sido tratada.
Burton Lyles cree que Anderson debió haber estado aterrorizada de verse en el ojo de la tormenta. "La vida para ella no tenía que ver con la política. Incluso, después, recuerdo que dijo muy poco sobre lo que pasó en 1939".
Pero en la entrevista de 1984 con la BBC, Anderson dejó claro que fue poco lo que supo por adelantado del concierto al aire libre que se organizó en lugar del concierto que no se celebró en el Salón de la Constitución.
La organización estuvo principalmente a cargo de la Universidad de Howard en Washington, de Eleanor Roosevel y del secretario del Interior, Harold Ickes.
Ickes había sido el arquitecto clave del New Deal (el programa insigne de asistencia y recuperación económica) del presidente Roosevelt y su mano derecha en política interna. El hecho de que Ickes introdujera a Anderson dejó claro que la Casa Blanca desaprobaba de la directriz de DAR.
Ickes comenzó su discurso diciendo: "En este gran auditorio bajo del cielo, todos nosotros somos libres. Cuando Dios nos dio este maravilloso escenario al aire libre y el sol, la luna y las estrellas, no hizo distinción de raza o de credo o de color".

"Libertad"
Anderson formó parte de la histórica jornada de la Marcha sobre Washington por el trabajo y la libertad.
Los filmes noticiosos de la actuación de Anderson hace 75 años no dan señal alguna de que estuviera nerviosa. La cantante comenzó con una magnífica y conmovedora versión de "My Country 'Tis of Thee", el himno nacional alternativo de Estados Unidos.
Pero una pregunta sigue en el aire: ¿Estuvo tan desinteresada en política como siempre decía que estaba?
Aunque no era una cantante muy demostrativa, enfatizó la palabra "libertad" en la canción. La multitud de 75.000 personas la aplaudió calurosamente cuando su interpretación terminó: "Tierra donde mis padres murieron... Desde cada ladera, que repique la libertad".
En 1955, Anderson se convirtió en la primera afroestadounidense en cantar ópera en el Metropolitan Opera de Nueva York. Y en 1963, cantó como parte de la Marcha a Washington por el trabajo y la libertad, en la cual Martín Luther King pronunció su famoso discurso "Yo tengo un sueño". Ella cantó en las escaleras del Monumento de Lincoln.
Se suponía que iba a cantar el himno nacional para dar inicio al evento, pero llegó tarde a ese segmento de la jornada. En cambio, interpretó una de sus muy amadas canciones espirituales.
Veinticuatro años después de los eventos de 1939, hubiera sido impensable tener una marcha por los derechos civiles en Washington sin ella.

Tras un largo retiro, Marian Anderson murió en 1993.

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