domingo, 3 de noviembre de 2013

Editorial



3 de noviembre 2013

La semana que ha transcurrido le ha abierto el telón a innumerables acontecimientos que dan la vuelta al mundo y avizoran tiempos difíciles para eso que se llama “gobernabilidad” del imperio norteamericano.
El chuponeo (también le dicen “pinchazo”), en Europa contra el que han “piteado” los mandatarios de Alemania, Francia y España, muestra agruras en las relaciones de estos “aliados”. Pero también la perdida de buenas cortesías a juzgar por los llamados de atención a Obama, quien presuroso ha dado la orden de suspender el espionaje. ¿Será cierto?
Pero lo que va a doler es el desafío que fustiga las relaciones chino-estadounidenses, con la construcción de un Megapuerto de la patria de Mao, en Cuba, en momentos en que en la ONU se empieza el debate acerca de limitar el uso de drones “made in USA”, luego del asesinato de un líder talibán.
Por lo demás, el Perú el cambio de premier solo es un lavado de cara seguido de una secada con la toalla sucia y maloliente. Mientras tanto, la Justicia aprofujimorista sigue dando señales de que la corrupción seguirá campeando por largo tiempo dando impunidad para que el Panzón García y el “sano y sagrado” Toledo salgan impunes de evidentes crímenes de Estado.
Asimismo, es de esperar que esa Justicia se haga de la vista gorda ante el nuevo escándalo que reaviva las vinculaciones del fujimorismo con el narcotráfico, al haberse denunciado, por el Departamento del Tesoro norteamericano que un “lavador” de dinero habría contribuido con la campaña electoral de la gorda Keiko. Y ahora ¿Qué sigue?
URGENTE: La campaña que se ha desatado en el Perú, en relación con el nombramiento de la fujimorista, Martha Chávez, como coordinadora del Grupo de Trabajo de Derechos Humanos del Parlamento peruano, y que en las redes sociales la Chávez responde con insultos, revela hasta que punto el Parlamento peruano está caído.
Nadie debe olvidar que la Chávez era la que sembraba las cortinas de humo para justificar los crímenes del dúo Fujimori-Montesinos. Como cuando a la víctima de las torturas, agente del SIN, Leonor LaRosa, Chávez la acusó de haberse "autoflagelado", o cuando afirmó que los desaparecidos estudiantes y profesor de La Cantuta, se habían incorporado al senderismo.
Para la Chávez los derechos humanos no son una coludes, como diría Cipriani, para ella los derechos humanos son un estorbo que impiden el terrorismo de Estado, unas aguas en las que ella se mueve no como pez, sino como carroña.

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