domingo, 9 de marzo de 2014

Declaración sobre Ucrania


Declaración aprobada por el Comité Internacional de la Cuarta Internacional el pasado 25 de febrero de 2014.
1. La crisis política en Ucrania comenzó en noviembre de 2013 cuando el presidente Yanukovich, bajo una fuerte presión de Rusia, decidió no firmar el Tratado de Libre Comercio con la UE. El Partido de las Regiones realizó durante algunos meses una campaña oficial en favor de un acuerdo de esta naturaleza. Todo esto se produjo en el contexto de una profunda crisis social y de deuda que situó al país bajo la presión del FMI. La forma en que fue adoptada la decisión, por el poder personal del presidente, aumentó el temor popular de que se estaba fraguando una nueva integración de Ucrania en un gran proyecto regional de Rusia y que podrían aumentar las tendencias represivas oligárquica y presidencial del régimen, evidentes desde 2010.
Por lo tanto, dentro de la crisis no había dos bandos bien definidos o programas opuestos entre sí, sino más bien divisiones y vacilaciones de los oligarcas y élites, incluso dentro del Partido de las Regiones. Y —a pesar de las diferencias culturales, sociales y políticas entre las regiones históricas del país— la aparición de las masas como un factor independiente expresa la "indignación" y la desconfianza en los partidos políticos— ya sea a través de la participación directa en el movimiento Maidan (más en el oeste y centro) o a través de la pasividad (dominadora de la parte oriental de habla rusa del país).
Una semana de violencia sangrienta impuso la opinión de los manifestantes sobre la salida inmediata del presidente Yanukovich. No ha sido derrocado por un "golpe de Estado": su creciente impopularidad se convirtió en rechazo absoluto después del horror de unas 80 muertes, víctimas de los disparos con balas de verdad de sus francotiradores a los manifestantes. La vacilación del presidente entre la represión y el diálogo condujo a su profundo aislamiento dentro de su propio bando —el Parlamento votó por su cese, mientras que una parte de la policía y, probablemente del ejército, declaró en Kiev, al igual que en otras regiones, que estaban "en el lado de la gente", y su huida a Rusia fue detenida en Donetsk, en el corazón mismo de su bastión.
2. Desde el principio este movimiento presenta una combinación de elementos revolucionarios (democráticos, anti-elitistas, auto-organizativos) y reaccionarios -el resultado global fue y sigue siendo una cuestión de lucha política y social. Esas características también están profundamente arraigadas en el carácter actual de la sociedad ucraniana post-soviética (atomizada, sin ningún tipo de identidad de clase, con la degradación de la educación y la hegemonía de las ideas nacionalistas reaccionarias en la sociedad, junto con un compromiso legítimo por la independencia nacional y un dramático legado del estalinismo).
Apoyamos el descontento popular y la aspiración a vivir libre y dignamente, en un Estado democrático y a deshacerse de un régimen oligárquico y criminal, expresado en el movimiento llamado Euro Maidan y en todo el país - mientras estamos convencidos de que la UE es incapaz de satisfacer esas aspiraciones, y así lo expresamos.
Apoyamos el derecho del pueblo ucraniano en su conjunto para decidir y controlar los acuerdos internacionales firmados —o para romperlos— en su nombre, ya sea con Rusia o con la UE, con total transparencia sobre sus efectos políticos y socio-económicos.
Denunciamos a todas las instituciones, fuerzas políticas internacionales o nacionales, sean cuales sean sus etiquetas, que limitan la plena y libre determinación de estas opciones de la población, ya sea por los dictados económicos y financieros, por las leyes draconianas y fuerzas de seguridad, o por la agresión física, que impiden la plena y pluralista expresión de opciones y desacuerdos. Desde este punto de vista denunciamos igualmente a las corrientes de extrema derecha y a las fuerzas de seguridad, que a menudo comparten la misma ideología nacionalista reaccionaria, antisemita y violentamente exclusiva.
Mientras que las principales fuerzas políticas organizadas son, por ahora, de derecha y extrema derecha, apoyamos a las fuerzas sociales y políticas que están tratando de construir una oposición de izquierda dentro de ese movimiento. De este modo, se han negado a excluirse del movimiento e identificarlo exclusivamente con su componente de extrema derecha. Tal orientación autónoma ha supuesto un enfrentamiento difícil con los grupos fascistas y un enfoque contrario a la de todos los partidos políticos gobernantes desde la independencia hace 25 años de privatizaciones que han suprimido los derechos sociales.
3. Desde el fin del régimen de Yanukovich, el movimiento de masas no tiene un programa progresista en cuestiones democráticas, nacionales y sociales y carece de un movimiento de trabajadores (de un sindicato independiente y una fuerza política implantada entre los trabajadores) -mientras se llena de esperanzas por cambios democráticos, políticos y sociales. Cualquiera que sea el resultado de las próximas elecciones, la desilusión popular continuará. Y cualesquiera que sean los acuerdos con la UE, los nuevos partidos gobernantes continuarán con los ataques sociales provocando una posible confrontación interna que lleve a la desintegración del país. La izquierda alternativa tiene que responder a esas esperanzas e ilusiones populares a través de sus propias propuestas sobre cuestiones sociales, lingüísticas, democráticas… contra los partidos de derecha.

Esperamos que la población ucraniana encuentre sus propias formas de expresión autoorganizada de sus demandas concretas y de la desconfianza a los partidos dominantes, en todas las regiones del país.

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