Un
verdadero triunfo popular, que demuestra que en el Perú como en todas partes,
la historia la cambian los pueblos en las calles y no los votos que se
manipulan siempre a escondidas, se está celebrando tras la anulación del cargo
de Coordinadora de la subcomisión de los derechos humanos, de la congresista
fujimorista, Martha Chávez.
El segundo triunfo en las calles
Como se
recordará, hace meses, para señalarlo con mayor precisión, en
Julio de este año, tras una repartija escandalosa, en la que todos los grupos
políticos en el Congreso se repartían cargos como si fuera el botín de un
robo de malhechores, se tuvo que dar marcha atrás y dejar sin efecto las
designaciones del impresentable fujimorista Rolando Sousa, que ya se frotaba
las manos como autoridad del Tribunal Constituciona, la toledista Pilar
Freitas, involucrada en manejos corruptos, y tres otros impresentables a la
dirección del Banco Central de Reserva.
Pero a
diferencia de la vez anterior en la que se mencionaba que las designaciones ya
eran “irreversibles” y hubo un tira y afloje que impulsaba la protesta social
cada vez más numerosa, en esta oportunidad, la reacción del Congreso ha sido
inmediata.
¿Por qué?
Una vez
más queda de manifiesto que de lo que se trata de evitar es que cualquier
movimiento social se transforme en movimiento político. Eso se ve en el curso
de los últimos gobiernos, desde que la fuerza de “los de abajo”, se notó a comienzo
de este siglo en la Marcha de los 4 Suyos, que hizo posible la caída de la
dictadura fujimontesinista. Fue la multitudinaria acción y no solo el video, lo
que hizo posible que el hoy preso por ladrón y genocida, acabe su tercer
período presidencial conseguido por un enorme fraude.
También
lo de Conga se congeló porque estaba dando paso a opciones políticas que se decantaron
cuando Gregorio Santos pensó que había llegado su minuto de fama y saltó a la candidatura a la
presidencia. Un salto al vacío por supuesto porque estuvo marcado por el
oportunismo político que no siempre da buenos réditos.
El pueblo celebra
Las
caricaturas y “memes” esparcidos por las redes sociales, amén de los
pronunciamientos políticos y de los “analistas”, dan cuenta del desprecio que
causa el verdadero fujimorismo, el de Martha Chávez, el del propio Fujimori y
su peinado a lo “caído del palto”, que se pinta como moribundo pero bien que
salta a la política cuando prepotentemente con la ayuda del congresista
convertido en guardaespaldas, Julio Gagó y del hijo, Kenji, amenazantes para
enfrentar a las autoridades de la Diroes, ensayando nuevamente la expresión que
jamás alguien olvidará cuando inflamado decía y repetía “disolver, disolver”.
El
camino del triunfo
Ha
quedado claro. Solo falta organización y especificar la opción política por la
que se lucha y que para nosotros no tiene duda: el socialismo.
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