domingo, 17 de noviembre de 2013

UN CONSUL, CONTRA SU DEFENSOR

Por Manuel Cunza G.
En días pasados, el Consejo de Consulta del Consulado peruano en Paterson, visitó al cónsul, para presentarle su plan de trabajo anual de este organismo, habiendo sido recibidos por el cónsul José Benzáquen, quien se comportó de una manera descomedida y displicente, como si recepcionar a la comitiva significara un favor a sus integrantes, Luz Elena Bereche, Julio Zelaya, Víctor Rabanal, Nolberto Limo y el resto de miembros con la excepción de Ángel Berrocal (Casa Perú). El cónsul Benzáquen, recibe y acepta a regañadientes el plan de trabajo del referido consejo, no sin antes hacer algunas observaciones autoritarias, por algo a lo que es alérgico, la palabra presidente (Presidente del consejo de consulta).
Algunos miembros del Consejo de consulta, conocedores de que un compatriota indigente estaba sufriendo una enfermedad incurable, (diabetes y sus consecuencias fatales), se encontraba en desamparo, le hicieron saber al cónsul, que llevaban algunas prendas de vestir y algo de alimentos indispensables para el enfermo Luis Gallegos Cervera de 70 años de edad. Los miembros del consejo, le manifestaron al cónsul que al parecer, el Dr. Alejandro Beautis, vice-consul, coordinaba la ayuda de este compatriota. Al escuchar este anuncio, José Benzaquen, rompió en histeria, balbuceando expresiones como: “El consulado no es una beneficencia, ni quiero que se convierta, con la venida de todos lo necesitados”. Nos preguntamos ¿los fondos para la ayuda humanitaria para qué se usan?

El cónsul Benzáquen, no satisfecho con su falta de respeto y de sensibilidad, llama a su oficina al Dr. Alejandro Beautis vice-cónsul, para increparle groseramente por su labor humanitaria en favor de ese compatriota enfermo. Benzáquen demostrando no tener un ápice de cultura diplomática, tratando a viva y destemplada voz, se comportó como un vulgar patrón, con el Dr. Beautis, por mostrar su profunda solidaridad con la comunidad peruana, mas aun cuando en esta se encuentra una situación de desgracia.

También llama la atención que el cónsul no haya tenido reparos para escarnecer a un miembro de su entorno, demostrando, con su actitud por demás despiadada e inculta, el poco respeto que siente ante personas que forman parte de un Consejo elegido en una votación en el que está incluido un ciego defensor… (la comunidad sabe de quien se trata).

Lo hemos dicho siempre: la diplomacia peruana tiene en el consulado de N.J., Paterson, a uno de sus peores representantes (por eso no ascendió ni asciende). Tenemos un cónsul carente de un sentido de respeto para los peruanos de esta parte, que somos quienes le pagamos su abultado sueldo, para dedicarse a discriminar; menospreciar; ofender a sus dirigidos. Su comportamiento denigra a la comunidad peruana, quienes vemos en este diplomático, a una  mal activista de la cultura diplomática.

No entendemos que mecanismo o personaje sostiene a este asalariado mal llamado diplomático en un consulado. ¿Será este otro ejemplo de la galopante corrupción que impera en las altas esferas del gobierno de turno.

¿Es malo ayudar a un compatriota en desgracia? ¿Es malo sentirse parte de una comunidad necesitada? ¿Es malo que un vice-cónsul cumpla con un deber humanitario? ¿A quien pertenece el consulado? ¿A un cónsul arrogante y despreciativo? ¿Es un indolente como Benzáquen un representante de la política que Humala llama “inclusión social”?

Que el servidor de la comunidad peruana José Benzaquen, responda a estos interrogantes si aun le queda algo de vergüenza diplomática. ¿Alguien dirá ahora que somos injustos e irrespetuosos con el cónsul José Benzáquen? ¿Se nos dirá que inventamos cargos contra el consulado? ¿Ese alguien, “ciego defensor” del cónsul, habrá sido testigo de lo que denunciamos aquí, en Prensa Libre?

1 comentario:

  1. Selor Cunza, sabe usted como el común y corriente ciudadano peruano que reside en esta zona, se comunica con el consejo de consulta? Hasta la fecha no he conseguido respuesta, en el FB nadie responde. En un mundo globalizado como es posible que no se pueda tener comunicación ni interactuar con ellos. Las denuncias tienen un mejor eco cuando hay interlocutores y no un silencio bullicioso.

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