Lucio Agustín Torres
¿Sabía usted que la administración Obama está negociando en secreto un
" acuerdo comercial " (TPP) tan sensible que ni siquiera se permite a
los miembros del Congreso que lo puedan ver? El Trans-Pacific Partnership (TPP) tiene 29 capítulos pero sólo 5 de
ellos tienen que ver con el comercio.
Doce naciones serán parte en el presente
Tratado, entre ellos los Estados Unidos, México, Canadá, Japón, Australia,
Brunei, Chile, Malasia, Nueva Zelanda, Perú, Singapur y Vietnam. La mayoría de
los ciudadanos de estos países no se dan cuenta y menos están informados de
esto, pero este tratado, fundamentalmente, hará cambiar nuestras leyes sobre la
libertad en Internet, la salud, el comercio de derivados, los derechos de
autor, la seguridad alimentaria, las normas ambientales, las libertades civiles
y mucho más.
Ciertas secciones de los 29 capítulos del tratado
han sido filtradas. Cada una de ellas más aterradora que la otra. Una novedad
de esta semana fue la publicación en Wikileaks de uno de los capítulos más
importantes del documento, el de “propiedad intelectual”. En él se muestra cómo
este acuerdo beneficiará a las grandes farmacéuticas, dándoles la posibilidad
de ampliar sus patentes, perjudicando así a millones de personas, al cercenarles
la capacidad de acceder a medicamentos genéricos, los que son sustancialmente
más económicos.
¿Por qué se negocia en secreto?
Hay muy buenas razones por qué Obama no quiere que el pueblo
estadounidense sepa nada de lo que hay en este tratado. Este acuerdo va a
imponer estrictas normas de derechos de autor en Internet sobre el pueblo
estadounidense, que prohibirá todas las leyes; dará a los bancos de Wall Street
mucho más libertad de comercio, derivados, riesgosos. Contiene una gran
cantidad de cosas que Obama no podría pasar por el Congreso por su cuenta. El
secreto que rodea a estas negociaciones del tratado, realmente no tiene
precedentes.
Desde el inicio de las negociaciones del TPP, el proceso de redacción
y negociación de los capítulos del tratado, ha estado envuelto en un secreto
total. "Wikileaks” señala en un comunicado que, en el lanzamiento del
proyecto "El acceso a los borradores del TPP, hay capítulos que están
protegidos contra el público en general”. Miembros del Congreso de EE.UU. sólo
pueden ver partes seleccionadas de los documentos relacionados con los tratados
en condiciones altamente restrictivas y bajo una estricta supervisión. Se ha
revelado previamente que sólo tres personas en cada nación, involucrada en el
TPP, tienen acceso al texto completo del acuerdo, mientras que 600
"asesores comerciales" que otorgan los grupos de presión, y custodian
los intereses de las grandes corporaciones estadounidenses, como Chevron,
Halliburton, Monsanto y Wal-Mart ellos si tienen un acceso privilegiado a las
secciones importantes del texto del tratado.
Consecuencias para el Perú
El escenario que se
dibuja para el Perú, en caso de suscribir el documento, sería absolutamente
devastador. Un país en vías de desarrollo como el nuestro estaría firmando la
sentencia de muerte de miles de peruanos, condenándolos como incapaces de
costear los altos precios de medicamentos de enfermedades tan letales como el
cáncer. En consecuencia, el TPP es un ataque frontal contra cualquier política
pública que intente ampliar los servicios de salud.
Pero este no es el
único “hachazo” que plantea el tratado. Con su aprobación, los derechos
corporativos crecerían aún más en detrimento del poder estatal y de sus medidas
de regulación al sector privado. Las empresas privadas tendrían un apoyo firme
para demandar directamente a los Estados –saltándose por encima a los sistemas
judiciales nacionales–, acudiendo directamente a tribunales internacionales,
tales como el Centro Internacional de
Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones, del Banco Mundial. Se incrementarían situaciones tan esperpénticas
(amparadas por nuestro TLC con EEUU), como la demanda que hizo Doe Run al Estado peruano (por US$800
millones) sobre el argumento de que nuestro gobierno ejercía un trato injusto
al exigirle el cumplimiento de las normativas medioambientales en La Oroya (una
de las zonas más contaminadas del mundo).
Los países estarían obligados a cumplir todas las leyes y reglamentos
nacionales para el TPP, lo que en efecto, sería un golpe corporativo de Estado.
El pacto propuesto limitaría más aún cómo
los gobiernos pueden gastar sus dólares de impuestos. Podrían ser impugnados
los derechos humanos o las condiciones ambientales en los contratos del
gobierno. Si el TPP llega a firmarse sus normas retrógradas pueden ser
alteradas si todos los países estuvieron de acuerdo, independientemente de los
resultados electorales nacionales o los cambios en la opinión pública. Y a
diferencia de muchas de las legislaciones nacionales, el TPP no tendrá fecha de
caducidad.
¿Estás comenzando a entender lo peligroso que significa la firma de
este tratado?
Desde aquí, en Prensa Libre,
lo denunciamos y rechazamos, ya en los diferentes países amenazados ha empezado
la resistencia.
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