Por Manuel
Cunza García.
La
juramentación de la Directiva reelecta de Peruvian Parade Inc., no fue más que
una grotesca representación que solo sirvió para satisfacer el ego
exhibicionista de una dama, que tomó para si la decisión de realizar un actos
para el que no está preparada. La
referida juramentación, muy lejos de ser un acto solemne y serio donde se jura con
solemnidad, se convirtió en una antojadiza presentación de la organizadora,
quien llamó e invitó en forma tan desorganizada a personajes de su simpatía,
sin siquiera haber ordenado una ubicación para la directiva juramentada,
quienes dijeron SI JURO, para luego confundirse entre los comensales del
restaurante anfitrión.
Una
ceremonia programada para la una de la tarde, se inició cercana a las tres de
la tarde, cuando la mayoría de compatriotas invitados, tomaban sus alimentos
dejando en segundo plano la juramentación. A falta de un programa bien estructurado,
se dejó todo a la espontaneidad de la coordinadora, maestra
de ceremonias; relacionista pública, administradora, casi directora de la
orquesta y DJ del evento. La verdad, una actuación deplorable. Sería muy largo
seguir narrando los desaciertos de la poderosa organizadora. Vayamos mejor al
acto mismo de la juramentación.
En
primer lugar, siendo ya las tres de la tarde no habían llegado los grandes y
honorables invitados especiales, compatriotas peruanos, ni nacionales estadounidenses.
La solución fue la grata presencia de concejales peruanos en Harrison, señores Villalta y Huaranga y el concejal Esquiche de
Prospect Park. Coordinado o no, el Sr. Jesús Huaranga fue llamado a juramentar
al presidente reelecto Dr. Carlos A. Tello, quien luego de decir SI JURO,
procedió a juramentar a su Junta Directiva, no sin antes ser
testigos de otra ligereza de la maestra de ceremonias, quien llamó a otro grupo de directivos. La coordinadora, no tenía
siquiera el orden de los cargos de quienes jurarían, quienes permanecían parados entre el tumulto general de directivos, para luego
volver a las mesas de amigos comensales.
Finalizadas
las juramentaciones, se siguió con otro tropiezo
de la dueña del evento. Llama al frente al flamante presidente, para escuchar su discurso de orden, pero lo obliga a quedarse parado frente a los
comensales, para luego llamar a personajes de su gusto, que le digan algo al
juramentado. Esto es una de las descomedidas faltas de respeto al Presidente que,
después de varias intervenciones, por fin pudo decir algo de su discurso, poniendo
énfasis sobre un tema esperado: La Casa Perú, o
local propio de la Peruvian Parade Inc. Lo mismo lo hizo un veterano dirigente
de la Hermandad de San Martin de Porres.
Alguien
debe recordar el acto de juramentación del Dr.
Tello, al inicio de su primer período, un acto solemne, sobrio y serio, en
el que todos tenían su lugar. Los invitados especiales y oficiales y pasados
presidentes, así como una mesa especial para la junta directiva, frente al
público. Esta vez, todo ello pasó al olvido, para dar paso a un acto
caprichoso, antojadizo y desatinado, para lucir de modo grotesco un acto por
demás deslucido, austero, pero solo fue la palabra, que nada tiene que ver con
lo respetable y solemne; de respeto a los dirigentes que juran solemnemente y
el público que viene a ser testigo de ese compromiso de honor.
Lo más
deplorable de este acto caprichoso fue, cuando por obra y gracia de su
organizadora, el evento se convierte en una tribuna política de los aspirantes
a concejales y a la alcaldía de
Paterson, quienes encuentran la mesa tendida, para sus arengas. Es decir que
los peruanos somos los que preparamos eventos para el uso de quien quiera, es
decir oportunidad para una organizadora,
que tal vez mañana extienda su factura a
los candidatos a quienes favoreció. Otro vacío fue la ausencia de pasados
presidentes, a excepción de Fred Varas. Ojala nunca se repita esta antojadiza
ceremonia.
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