martes, 25 de febrero de 2014

Faenones, faenones, con pañuelos

A propósito del mitin del panzón, su reivindicación del Estadio Nacional y la historia de otro gran faenón.
¿Qué de malo tenía este estadio...
El panzón sonríe satisfecho. Una nueva fechoría acaba de ser sellada. Guarda el lapicero con el que gusta firmar los decretos que saquean al Perú y que esta vez sirvió para agregar una “fe de erratas” al decreto de urgencia que, dos días atrás, fuera sancionado. En ese decreto, acaba de incluir al Estadio Nacional como si fuera la cancha de un colegio “emblemático”. Ahora al encontrarse en los alcances de dicha norma, servirá para un jugoso faenón. Ríe, una gota de saliva salpica de una de sus comisuras. Vuelve a leer el acápite final… fe de ratas, piensa, y cierra el portafolio. La plata vendrá sola.
…Para que lo convirtieran en una bacinica gigante?
Jimmy Calla Colana
El estilo aprosiciliano
Nadie explica porqué, un estadio que contenía una infraestructura que permitía el funcionamiento de diferentes disciplinas deportivas, en una ciudad que carece de recursos físicos y monetarios para otros deportes que no sean el fútbol y apenas el voleybol, tuvo que ser sometido a un cambio solo de apariencia. Ni siquiera de una buena apariencia porque visto a lo lejos más parece una inmensa bacenica donde se pudren las miasmas de la corrupción que domina al Estado peruano, con cualquiera de sus gobernantes.
Las irregularidades detectadas en la remodelación del Estadio Nacional llevada a cabo por el gobierno de Alan García, son tan grotescas y evidentes que, sin duda, deben haber dado que pensar al exministro de Educación, José Antonio Chang, que cobarde y sorpresivamente dejó el país, durante un mes y medio, dizque para atender unas supuestas invitaciones a su condición de rector de la Universidad Particular San Martín de Porres. El extitular de Educación y hombre de confianza del exmandatario García, ha sido citado en más de una oportunidad de las que él ha evadido, debiendo torear las citaciones sin traje de luces, hasta no tener otra salida que hacerse presente a las investigaciones e interrogatorios que se le hizo y por los que, la moralidad espera que, ojalá esté pronto en el banquillo de los acusados.
Aunque tenemos un Poder Judicial y un Ministerio Público, sometido al APRA y a la corrupción; será allí donde Chang deberá responder y explicar porqué el Ejecutivo emitió un decreto de urgencia,para robar plata del Estado, con la exoneración de todo proceso de licitación pública y todos los vicios procesales que recién viene saliendo a luz.

¿Roba pero hace? El Apra solo ¡roba y deshace!
Hasta con los pies roba pelota
Deja mucho que desear -el estilo aprosiciliano- en la construcción de esta obra emblemática del deporte peruano. Pero al menos, los remanentes de las familias mafiosas que aun sobreviven en el negocio de la construcción en Italia, o Chicago o Nueva York, roban pero hacen, como es el lema favorito de los fujimontesinistas. Pero el caso es que el Apra roba y destruye, como lo demuestra el Estadio Nacional.
¿Será debido a la desmedida ambición del dinero que han destruido la costosa infraestructura deportiva del Estadio Nacional, que solo ha quedado maquillada en su cancha de fútbol, al mismo tiempo que pusieron fin el uso de tantos espacios que antes permitieron el ejercicio de otras disciplinas en los demás deportes?

-¿Dónde está la pista atlética?
¿Por qué resulta invisible? También han desaparecido las pozas de salto alto o largo, las instalaciones de tenis de mesa; la  otrora gloriosa “Bombonera histórica”, donde se practicaba el boxeo; y el lugar donde se ubicaba la cancha de vóley. Ya no existen, También, se ha destruido una cancha de vóley de 150 mil dólares y se ha producido la pérdida de 250 mil dólares de inversión en la Federación de Pesas, que solo se utilizó dos años. Ya no están las instalaciones, ni el material didáctico para lanzamiento de martillo. Lo más grave es que estamos con 16 deportes (federaciones deportivas) paralizadas e incluso desaparecidas, ya  que han perdido sus instalaciones y hasta el día de hoy, no han sido reemplazadas.
Los elementos de la denuncia contra este faenón,es que este carece de  sustento técnico para que las obras hayan sido exoneradas del proceso de licitación y de la selección de empresas contratistas para su realización. Seguro que ese debe ser el principal tema a esclarecer. La suma fabulosa del estipendio debe comprometer a Alan García y Chang Escobedo, como parte de una asociación ilícita para delinquir, ya que ellos son los directos responsables por la inclusión del Estadio Nacional como “colegio emblemático”, utilizando una fe de erratas, dos días luego de emitida dicha norma.
El dolo o delito principal en tal sentido es la inclusión del Estadio Nacional  —mediante una fe de erratas dos días luego de su creación—  en el Programa Nacional de Recuperación de las Instituciones Públicas Educativas Emblemáticas y Centenarias, creado mediante decreto de urgencia el 10 de enero de 2009. El organismo ejecutor designado fue el Instituto Peruano de Deportes (IPD), bajo la responsabilidad del Ministerio de Educación, cuyo titular era Chang Escobedo. Nadie se está chupando el dedo los recursos del Estado han ido a los bolsillos de Alan García y Chang Escobedo. Se debe investigar a la universidad San Martín de Porres que fue premiada por un inusual incremento patrimonial en su estado financiero de aproximadamente 200 millones de soles, entre el 2010 y 2011. Siendo los responsables de este escándalo, el ex presidente Alan García, el ex ministro Chang, el no menos cómplice Ingeniero Arturo Woodman Pollit, que dilapidaron los recursos para la ejecución de la obra.
El Estadio Nacional fue reinaugurado el 24 de julio, a pocos días de culminar el mandato Alan García, y el proceso de remodelación fue objeto de varias observaciones por el incremento de su presupuesto inicial.
No puede ser posible que cuando iba a comenzarse las obras, el propio jefe del Instituto Peruano del Deporte (IPD), Arturo Woodman, sostuvo que la remodelación del estadio abarcaba la ampliación de las tribunas para un aforo entre 55 a 60 mil espectadores, un aumento de 10 o 15 mil espectadores más, ya que la capacidad en ese momento era de 45 mil espectadores. Los medios de comunicación y público en general entendieron que el Estadio Nacional debería modernizarse, a tono con los grandes estadios de la realidad actual requiere, ya que estaba al mismo nivel de capacidad del estadio de la UNSA en Arequipa, que tiene capacidad para 60 mil espectadores o el estadio Monumental de Ate cuya capacidad es de 80 mil espectadores.
Pero vaya consternación, cuando la opinión pública se enteró que el aforo del recinto solo es ahora para 39,600. Es decir, incluso inferior a los 45 mil que antes albergaba el coloso de José Díaz, fue frustrante la situación, que se amainó con la pésima participación de la selección de fútbol.
Si el estadio Monumental de Ate, costó entre 38 y 40 millones de dólares, resulta “exagerado” que se le hubiera asignado un presupuesto de más de 206 millones de dólares para obras de remodelación.

Un faenón tras otro
Este faenón del Estadio Nacional, es parecido a la desaparición de 5,000 expedientes de créditos otorgados por el Banmat de forma irregular durante el gobierno aprista, asimismo, el propio ministro de Vivienda, René Cornejo, reveló que el estado financiero del Banco de Materiales es crítico al haberse reducido sus activos de 400 millones a 65.3 millones entre los años 2006 y 2011. Además, tres días antes que culmine el mandato aprista se autorizó condonar deudas por 214 millones de soles.
Pero el daño al deporte, ocasionado por el gobierno corrupto de García-Chang, no se limitó a destruir el estadio nacional, la villa deportiva nacional. La Videna, se convirtió en el depósito de materiales y campo de mantenimiento del Tren Eléctrico. Ha llegado el momento que la unidad de inteligencia financiera investigue a la Universidad San Martín, sobre la que también recaerían un supuesto lavado de activos.
¿Fue así como agarró?
La actitud de Woodman, que no ha sabido argumentar técnicamente la necesidad de una remodelación del Estadio Nacional, este viejo cazurro, mercader del deporte peruano, fue de aparecer y hacerse la víctima, para luego limpiarse al ver que la noche se le venía con todo, diciendo que él acató, sin dudas ni murmuraciones todo lo que venía del ejecutivo. Que él recibía el dinero pero no sabía de dónde provenía, tamaña lagartija, ahora se hace el martirizado.
Es tanto el escándalo y robo descarado que ya no se puede ocultar, que el fiscal Andrés Montoya Mendoza resolvió abrir investigación a los funcionarios del Instituto Peruano del Deporte (IPD) y hasta allí nomás. Entonces, Alan García, Chang Escobedo y Woodman ¿son inocentes?-
En un comienzo se dijo, se habló, de S/.20 millones (el mismo Woodman lo comentaba) luego se fijó en S/. 140.691.274 el costo de la rehabilitación, pero al final el desembolso subió a S/. 217.989.001, con autorización de los directivos del IPD. Se incrementó la cifra en S/. 77.297.726 (54,9%) en un periodo de menos de dos años. 
Con los 77,2 millones de soles del sobrecosto se pudo haber financiado la remodelación de los emblemáticos colegios Melitón Carbajal, Alfonso Ugarte, José María Eguren y Pedro Labarthe, obras que también fueron asignadas a la empresa DHMont en el gobierno de Alan García.
De acuerdo con la resolución del titular de la Tercera Fiscalía Provincial Corporativa Especializada en Delitos de Corrupción de Funcionarios, el ex presidente del IPD Arturo Woodman Pollit, el ex secretario general del mismo organismo Jorge Alfaro Martijena, y el ex jefe de la Oficina de Infraestructura Danilo Moyasevich Baca, acordaron inflar el costo en complicidad con las constructoras DHMont y Cosapi. El reporte fiscal señala que todo se originó cuando el Ejecutivo emitió el Decreto de Urgencia 004-2009, fechado el 10 de enero del 2009, con el cual se autorizó al IPD a no convocar a licitación y a contratar directamente a las empresas destinadas a ejecutar las obras de modernización del estadio. Los directivos del IPD, fundamentándose erróneamente en el mencionado decreto, no exigieron a las empresas contratistas la elaboración de los estudios técnicos, documentos imprescindibles para fiscalizar el desarrollo de las obras.
¿Asustado por el futuro que le espera?
Se ha determinado la existencia de indicios razonables de la comisión de delitos de incumplimiento del deber funcional y colusión (…), cometidos por Arturo Woodman, Jorge Alfaro y Danilo Moyasevich, quienes habrían actuado negligentemente al no programar en forma definitiva las metas físicas a ejecutarse, incurriendo en improvisaciones al cambiar en forma sistemática la estructura presupuestal para favorecer supuestamente a los contratistas (DHMont y Cosapi), incrementándose frívolamente las metas físicas y financieras hasta por el importe de S/.77.297.726, señala el fiscal Andrés Montoya.
En días previos, Arturo Woodman señaló que las imputaciones sobre las irregularidades en la rehabilitación del Estadio Nacional eran infundadas y que obedecían a ¿intereses políticos? Woodman debe responder sobre estas imputaciones, ante la opinión pública ya que se trata del erario nacional.
El fiscal anticorrupción, ha señalado la existencia de un informe del Congreso que concluye en que los ex funcionarios del IPD se escudaron en el Decreto de Urgencia 004-2009 para evadir la aplicación del reglamento de la Ley de Contrataciones del Estado, que los obligaba a invitar a varias empresas para que presentaran sus respectivas ofertas y se eligiera a la que mejor convenía a los intereses del Estado.
El contralor, que no controla nada, Fuad Khoury, -elegido por el aprismo- informó al Congreso que se había aplicado una veeduría a las obras del Estadio Nacional, debido a las frecuentes ampliaciones de plazo para la culminación de los trabajos, y se detectaron deficiencias en las estructuras, que elevaron notablemente los costos. Khoury también reportó que la Contraloría detectó deficiencias en los expedientes técnicos presentados por DHMont y Cosapi, las que originaron la aprobación de obras adicionales no contempladas en el proyecto y que evadieron el control previo del organismo fiscalizador.
Por esto mismo, el fiscal anticorrupción Andrés Montoya requirió a la Contraloría -¿con carácter de urgencia?- toda la información referida a las presuntas irregularidades en las obras de la millonaria remodelación del Estadio Nacional.
En conclusión, resulta que con el Decreto de Urgencia 004-2009, aprobado en Consejo de Ministros el 7-1-2009, rubricado el 9-1 y publicado en El Peruano el 101-2009, se autorizaba la remodelación de sólo 20 colegios de Lima. No obstante, he aquí lo más escalofriante. El 12 -1-2009, dos días después de expedido el DU 004, mediante la publicación de una llamada “Fe de Erratas”, o mejor dicho: “fe de ratas”, se añadió a la lista de las 20 instituciones educativas emblemáticas y centenarias. Aquí pasa el Estadio Nacional de Lima, como colegio emblemático, por el increíble monto de S/. 208’793,220.00. Originándose el inmenso gasto en perjuicio del erario nacional que, dos días antes no había sido previsto por el DU 004-2009.

De todo esto el panzón no ha dicho nada, en el mitin de los más raleados de toda la historia del aprismo y donde la fraternidad, era solo un coro de gansters.

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