Francisco Franco, el facho del Opus Dei, que
llegó al poder con el apoyo de la Legión Cóndor de Hitler y las fuerzas de élite de
Mussolini, impuso una dictadura brutal en España y sometió este país a los
designios del capital internacional. Sin embargo mantuvo en algunos casos su
independencia frente al imperio mayor, EEUU. Por ejemplo en el caso de Cuba, no
hizo caso al bloqueo yanqui que impedía que
los países occidentales tuvieran contacto con la Isla.
Franco no hizo caso y el imperio que, dicho sea de paso, esconde el
rabo cuando le hablan fuerte, guardó silencio ante la osadía del dictador
ibérico. Tampoco Franco aceptó que España se integre a la OTAN.
Pero llegó la monarquía con la supuesta democracia y de entrada el
nuevo Estado dobló la cerviz. España ingresó a la OTAN y poco a poco fue
convertida en una sumisa servidora de EEUU.
Curiosamente, fueron los “socialistas” quienes cometieron esta
“hazaña”. Una antigua canción de Joaquín Sabina hacía mofa del papel proyanqui
del PSOE, durante el gobierno de Felipe González, parte de la canción decía: Tú tirar muchos
millones
En comprar tonto aviones/Al otro gran presidente./En lugar de
recortar /Loco gasto militar /Tú ser su mejor cliente. /Tú mujo partido pero
/¿Es socialista, es obrero? /¿O es español solamente? /Pues tampoco cien por
cien /Si americano también. /Gringo ser muy absorvente. /Hombre blanco hablar
con lengua de serpiente /Hombre blanco hablar con lengua de serpiente /Cuervo
ingenuo no fumar /La pipa de la paz con tú, /¡Por Manitú! (Letra de “Cuervo Ingenuo”)
Cierto que España abrió las puertas al
primer mundo, en esta era, pero empeñando hasta la
camisa porque ya no es secreto que su deuda externa es mayor que su Producto
Bruto, y los intereses bancarios se están comiendo vivo al toro ibérico.
El mundo recuerda la monarquía durante Aznar, el del bigotito siniestro que rápidamente se empeñó en ser el mayordomo principal del guerrerista Bush
y daba asco sentirlo hablar en plural como si tuviera el hombro pegado al de su
amo para hablar de “nuestra guerra al terrorismo”.
Y mientras mas se arrodillaban
al imperio, Juan Carlos levantaba su insolencia para pretender callar a la única voz
que puso en claro que su “mandato” no salía de las urnas sino del falangismo
fascista de Franco, “Porqué no te callas” le dijo a Chávez y con
ello volviendo a poner la bota de conquistador encima de un continente que aun
dice basta al colonialismo.
¿Se va Juan Carlos? No, sería tapar
el sol con un dedo suponerlo así. El pueblo lo echa a él y a su
corrupta familia que se han llenado de riquezas como cualquier dictador de república
bananera. La fuerza de la juventud y de los trabajadores que inicialmente se
calificaron como indignados hoy han adquirido una enorme importancia política a
través de Podemos que esta vez en las elecciones al parlamento europeo le
han repostado al rey ¡Porque no te callas! Y a toda la clase política española
con un grito que resuena en cada rincón “¡Que se vaya el rey, que se
vayan todos con él!”
La bandera republicana
de rojo amarillo y morado vuelve a ondear como en 1936. El pueblo pide
referendum y una Asamblea Constituyente que proclame la república: la república
socialista.
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