domingo, 19 de enero de 2014

Águilas y gallinas



Un viejo dicho sostiene que “las águilas pueden volar a la altura de las gallinas, pero las gallinas nunca podrán volar a la altura de las águilas”.
       Un doctorcillo de medio pelo, que jamás volará a la altura de las águilas y mucho menos tiene lo que ponen las gallinas, ha pretendido agredir verbalmente a un personaje que le guste o no, es uno de los peruanos más leídos en Paterson e incluso a través de las redes sociales.
     Esa virtud, que no posee el desafortunado don nadie, causa su envidia y quiere treparse a ella. Pero no puede, porque ni siquiera sabe escribir bien su apellido, porque “escazes”, a diferencia de Zelaya, lleva la “z” al final: “e-s-c-a-s-e-z”, como la que existe en tu cerebro… ¿entendiste?... Inútil, te estoy hablando a ti…
     Aun así, el malescribiente tiene la frescura de presumir de literato, garabateando unas estrofas huecas y sin talento con una frase que le escupe del cielo, porque es él quien cree que porque aprendió el abecedario (¿con ch o sin ch?) ya puede escribir. Pero no es así, porque para escribir no solo hace falta talento sino, estudiar, aprender y tener modestia, mucha modestia para aprender.
    Quisiste hacerte el gracioso, pero carente de ingenio y élan, eso es imposible sobre todo cuando se vive pateando latas en la mediocridad. Por lo menos hubieras leído y estudiado a Sofocleto, o a sus antecesores, Greguerías de Gómez de la Serna, Aguafuertes Porteñas de Roberto Artl, Siquiera, las comedias de Moliere, como Médico a palos, donde hay un personaje que se te parece. Y si de insultar se trata, hasta para eso se necesita talento, como señala Cyrano de Bergerac. Pero eso es mucho pedir para quien cree que para debatir ideas solo basta con poner la “chaira” sobre la mesa.
     Porque eso fue lo que hizo en un debate, en el que parecía que se jugaba la vida, cuando amenazó al auditorio con llevarlo a la Corte si alguien se atrevía a cuestionar su título de doctor. Sin tomar en cuenta que en EEUU él no es nada. Su título (no sabemos si realmente hizo doctorado en abogacía), no está revalidado en este país y eso es lo que cuenta. Por eso aquí el único título que mereces es el de Mediocre.
       Pero su amenaza cayó en saco roto porque se quiso trepar, como Chita a los brazos de Tarzán, en la presunción de que puede emular una cobarde demanda hecha contra un medio que, como comentan muchos peruanos, tiene solo propósitos de amedrentar, intimidar, amordazar, de hacer callar. Pero este don nadie no puede hacer lo mismo porque para hacer demandas se necesita e$o que tú no tienes.
       Pero acá hay algo de fondo, ¿cual es la razón por la que éste don nadie se lanza contra quien no puede? Acá hay un tono político en el asunto. Perdió las elecciones y en lugar de agradecer la simpatía que muestra por él su paisano, que escribió una nota solidaria resaltando lo desleal de sus partidarios fujimoristas que, al final lo dejaron solo, este pésimo escribidor, que tampoco sabe de reciprocidad y mucho menos de leer, no entendió el mensaje y arremetió… pero para estrellarse contra la pared. ¡Ay!
      En el mentado debate fue acusado como fujimontesinista, pero creemos que no llega ni siquiera a eso. Apenas es fujimorista.
     Permítase una explicación: el fujimorismo es como una rata sin cerebro, el cerebro lo puso siempre Montesinos. Por eso, ahí tenemos a Fujimori preso, nuevamente juzgado y dando lástima con ese peluquín a la moda de caído del palto. Carente de dignidad, Fujimori hoy busca lástima.
     El fujimorismo pretende olvidar que tuvo su época como “fujimontesinista”. Porque Montesinos, no obstante ser un criminal, mostró inteligencia y una astucia maquiavélica en el manejo del Estado y en la política, de la que hasta hoy depende el fujimorismo para hacer lo único que justifica su existencia: liberar al preso por ladrón y genocida.
    Y aquí quedamos. Puedes sentirte satisfecho, don nadie, porque ya lograste que hablaramos de ti. Pero ahí queda. No vamos a entrar en debates ni volveremos a contestarte. Don nadie, solo eres un ridículo personaje que se hizo entrevistar en un medio televisivo usando 40 minutos para mendigar entre sollozos que Páginas Libres TV, te conceda una entrevista, que nunca llegará porque no tienes nada que decir, de ti no hay nada que aprender.
     No te vistas, don nadie, que no vas a ninguna parte. Para ser dirigente se necesitan ideales, para ser escritor se necesita vocación y estudio, para ser empresario se necesita una buena dosis de astucia.
      Para ser lo que tu eres, no hace falta cerebro. Por eso estás sentenciado a ser solo un fujimorista de pacotilla hasta que tu líder cumpla su condena.
Prensa Libre

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