A
riesgo de ser criticado; a riesgo de equivocarme y a riesgo de no ser capaz de
decir lo que realmente encierra el significado de una madre, quiero expresar mi
homenaje a ellas con mi propio imaginar, producto de una experiencia tierna.
Ayer,
crucé una calle de mi barrio, para observar de cerca a una niña, tal vez de 14
o 15 años de un tiempo dulce de vida, empujando orgullosa y con amor infantil,
un pequeño coche, que como carga llevaba una maravillosa muñeca de carne y
hueso, cuyos ojos pardos, miraban al infinito, como diciendo: de donde viene y
hacia dónde va. Miré un instante el paso de la niña madre preguntándome, si
sabrá la niña, lo inmenso que es ser madre; si sabía que en ese carrito llevaba
a un ser, tal vez producto del amor o el desamor. Le brillaban los ojos de
madre, al mirar los gestos inocentes y que balbuceaban expresiones de hijo que
hace feliz a una mujer, que aun no ha dejado de ser una hija engreída.
Seguí
mi camino, como inyectado de un elixir, con mi pensamiento de esas cinco letras
que llamamos madre, son cinco letras que en el mundo, todos queremos definir,
por ello, hay muchas definiciones que solo intentan decir lo que creen o
imaginan, lo que es una madre. Madre, palabra indefinible que encierra todo lo
que humanamente es posible imaginar. Madre, sentimiento sin límites ni
acondicionamientos; sin vencimiento ni términos que se cumplan. Cinco letras
que se acercan a lo divino, porque ahí en el calvario nace la madre, que jamás
será dicho sin lo sublime de un poco santo, otro poco humano y físico.
Ahí
donde gotea una lágrima, por el dolor de alguien, ahí, tal vez tras las rejas
de una prisión, un ser purga condena. Cuando parece perdido la compasión
humana, hay una voz que gime y una mano que se extiende, a veces firme y otras
temblorosas, con unas palabras que parecen divinas que dicen: soy tu madre no
temas, porque tienes mi vida para redimirte. Otra mujer con traje de dolor, con
semblanza de sollozo, pisa un hospital , donde un hijo , enfundado en sabanas
blancas, está a punto de expirar
el último aliento , escucha la voz materna que dice: hijo, soy tu madre
no te dejes vencer, Dios está con nosotros y no te arrancara de mi pecho, ten
mis manos para tu apoyo.
Un ser
perdido en la miseria de la calle, víctima de la descomposición de la sociedad,
presa del hambre , el frío y la cruel indiferencia, escucha una voz maternal
que sale del alma al oído del hijo descarriado :hijo mío, este pan ,este abrigo
, estas mis manos, para llevarte al lugar de tus sueños . Cinco letras que en
una esquina extiende sus lastimeras manos, para procurar un mendrugo para su
hijo a quien la inhumana sociedad le niega la vida. Ella La Madre, no se oculta
en su vergüenza, no sacrifica su
pudor, no usa su pureza de amor, cuando de por medio esta la supervivencia del
ser que vio en su vientre. Mujer con pureza divina, cinco letras de alta
alcurnia o de bajos fondos, fiera indomable, cuando de proteger a su cachorro
se trata; puede poner el pecho con alegría y firmeza, cuando se atenta contra
el producto de su amor.
Es
también ese ser a quien llamamos madre, la que goza de felicidad, cuando su vástago
morar en un palacio o una mansión, que el poder económico político se lo da.
Ella llora de felicidad, cuando alguien a quien tuvo en su vientre, alcanza el
triunfo con el esfuerzo y la entrega de esa madre, que después, en algunos
casos es olvidada, tan solo por la acción de la ridícula sociedad. Ella la
Madre , ha sido olvidada en una esquina, mirando pasar frente a ella, al hijo
gobernante, al hombre de alto vuelo, alagado por una inhumana sociedad. Ella
esconde su felicidad en algunas gotas de lágrimas o una generosa sonrisa, sin
rencor ni odio.
En fin,
estas y muchas cosas pueden decirse de una madre, pero jamás alcanzara la
dimensión de la palabra madre, nunca podrá definirse lo que es madre o lo que
significa el AMOR DE MADRE, nunca podrá compensarse lo que la mujer madre hace y da, por lo que es parte de su
vida y su sangre. En el dolor y la felicidad; en la humildad o en la alta hipócrita
sociedad; la palabra madre no tiene definición, ella es madre y no hay palabra
que lo reemplace. El privilegio de ser madre, solo lo da el divino hacedor, por
eso la protege como terreno fértil del amor- MADRE SOLO HAY UNA.
Con
estas mal ordenadas líneas, quiero rendir mi modesto homenaje a la mujer en el mundo que con amor engendra
hijos. A mi madre y hermanas que moran ya en la eternidad; a la madre de mis
hijos; mi hija, a las madres peruanas en toda su dimensión.
UNA ORACIÓN POR
ELLAS
M.C.G.
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