Ucrania:
Manifestaciones de masas contra el gobierno en Kiev –
Peter Mikhailenko
En los medios de comunicación, las manifestaciones en Ucrania se
presentan como el deseo del pueblo ucraniano de que el país se una a la Unión
Europea. Sin embargo, cualquiera que haya seguido a Ucrania en las últimas dos
décadas puede comprender que las quejas no se limitan a la cuestión de la adhesión
a la UE.
Las manifestaciones masivas en la capital de Kiev
comenzaron después de que la administración ucraniana rechazara una propuesta
de la Unión Europea para su integración. El 21 de noviembre comenzaron
manifestaciones espontáneas por todo Kiev, congregándose una gran concentración
de 100.000-200.000 personas el domingo 24 de noviembre. Mientras que el
gobernante Partido de las Regiones inicialmente desestimó a los manifestantes
como provocadores, éstos regresaron por miles a lo largo de la semana siguiente.
En la noche del 30 de noviembre, la Berkut (policía
antidisturbios), traída de las regiones de fuera de la capital, recibió órdenes
de dispersar a todos los manifestantes del centro de Kiev. Lo que siguió fue la
represión policial más violenta en la corta historia de Ucrania como país
independiente, con 79 heridos, en su mayoría estudiantes, y 9 detenidos. No sólo
los manifestantes, sino algunos espectadores presentes en el centro de la
ciudad, se vieron envueltos en la represión de la policía. El gobierno procedió
a prohibir todas las manifestaciones en la plaza central de Maidan
Nezalezhnosti.
Al día siguiente, una multitud estimada en
400.000-800.000 salieron a las calles de Kiev para protestar contra la represión
policial. Las autoridades gobernantes trataron de infundir miedo en el
movimiento de protesta declarándolo ilegal y utilizando la policía
antidisturbios. Sin embargo, como hemos visto muchas veces antes, esto dio una
nueva energía al movimiento; galvanizándolo aún más contra el régimen.
El movimiento ha continuado hasta hoy, con
concentraciones nocturnas y el bloqueo y ocupación de edificios públicos, entre
ellos el Ayuntamiento de Kiev. El movimiento también se ha extendido hasta
cierto nivel por toda Ucrania. El 8 de diciembre se informó de otra manifestación
de 500.000 personas en Kiev, sobre todo para protestar contra la represión
policial, según las encuestas.
Sin embargo, es cierto que muchos aspectos de este
movimiento han sido controlados por fuerzas de derecha, tales como los partidos
de la oposición oligárquica Batkivishina, UDAR, y sobre todo el partido de
extrema derecha, Svoboda. ¿Deberíamos por lo tanto clasificar a este movimiento
como reaccionario; es decir, que va contra los intereses del pueblo ucraniano?
Para arrojar luz sobre esto, tenemos que entender cuáles son las condiciones
materiales y políticas en el país.
Décadas de Miseria
El colapso de la URSS y la restauración del capitalismo llevaron a la
privatización desenfrenada de la industria de Ucrania en la década de 1990, lo
que fue alentado por el FMI, los Estados Unidos y la Unión Europea. Este crió
una clase de propietarios de súper ricos (denominados oligarcas), que tomaron
el control de los bienes del Estado por casi nada, y dejaron al país en una
situación muy precaria económicamente. Ucrania perdió más del 60% de su PIB
desde 1991 hasta 1999. Con esto vino el desempleo masivo y la caída de los
niveles de vida. En 1997, la esperanza de vida se redujo en cuatro años desde
el nivel que tenía en la década de 1980, y sólo recientemente ha vuelto a esos
niveles. Mirando sólo los números, cualquiera podría plantear la hipótesis de
que Ucrania había pasado por una sangrienta guerra civil.
La situación del pueblo ucraniano sólo ha ido
empeorando desde el comienzo de la reciente crisis económica. La cifra oficial
de desempleo se sitúa en el 8,6%. Millones de ucranianos han ido a Rusia y a la
Unión Europea en busca de empleos mejor remunerados, esta tendencia ya había
comenzado en la década de 1990. Sin embargo, con las crisis económicas en estos
países, es cada vez más difícil para los ucranianos encontrar un trabajo
decente más allá de la frontera.
Esperanzas en la integración a la UE
La demanda de Ucrania de unirse a la Unión Europea es una expresión de
la frustración de la gente ante la continua destrucción de sus vidas por el
sistema capitalista oligárquico desde la independencia. Para ellos, la unión de
Ucrania a la UE representa una oportunidad para escapar de la situación actual
miserable. La integración en la Unión Europea representa un espejismo de elevar
el nivel de vida a los niveles de Europa occidental. Los partidarios de la
integración en la UE a menudo tienen la perspectiva de que las inversiones de
la UE crearán empleo, que aumentará su capacidad para moverse a otros países de
la UE y encontrar trabajos mejor pagados, y el fin de la corrupción
gubernamental.
Estas esperanzas están en contradicción con el hecho
de que la UE se encuentra en medio de una crisis económica colosal. Esto no se
limita sólo a los ejemplos extremos de España, Grecia o Italia; incluso la
gente de los países más ricos de los países escandinavos y Alemania se
enfrentan a una caída en su nivel de vida como resultado del desempleo y de los
recortes por las políticas de austeridad. Cuando Europa está perdiendo su
capacidad productiva cada día para externalizar la producción y reducir la
fuerza de trabajo como consecuencia de la crisis de sobreproducción, es difícil
imaginar que más industrias fluyan a Ucrania a menos que los trabajadores
ucranianos se vean obligados a aceptar condiciones de trabajo similares a las
de los mercados competitivo. Los más competitivos (es decir, los que tienen el
mayor margen de ganancia para los empresarios) son los mercados del Tercer
Mundo, donde las condiciones de trabajo son las más duras.
Los nuevos miembros de la UE de Europa del Este como la República
Checa, Eslovaquia, Hungría, Bulgaria, Rumania, Polonia y los Estados bálticos
se están enfrentando a medidas masivas de austeridad respaldadas por los líderes
de la UE y los banqueros. La austeridad impuesta a estos países es lo que está
hoy sobre la mesa para Ucrania.
Sin embargo, las condiciones de vida en Ucrania se
han deteriorado tanto, y las perspectivas son tan sombrías, que el
mantenimiento del statu quo ya no es una opción para muchos ucranianos. Así que
al final, están presionando a favor de la integración en la UE; para ellos, la
unión de Ucrania a la UE representa una oportunidad para un auténtico cambio.
¿Un cambio de gobernantes o de un cambio de sistema?
Estos acontecimientos fueron inesperados para los oligarcas
gobernantes del Partido de las Regiones. Este es un partido burgués financiado
por un grupo de oligarcas con sede en la zona carbonífera del Donbass que
confeccionan la mayoría de las listas del partido. En su programa electoral, el
Partido de las Regiones defiende de hecho la integración en la UE. Sin embargo,
la presión más fuerte del gobierno de Rusia para que Ucrania se sume a su unión
aduanera, así como aspectos desfavorables en el acuerdo de la UE, han obligado
a los dirigentes del partido a rechazar las propuestas de la UE. El mercado de
Rusia representa una cuarta parte de las exportaciones de Ucrania y el Gobierno
ruso ha cerrado el suministro de gas a Ucrania en varias ocasiones, incluso
bajo el gobierno del Partido de las Regiones.
Al recurrir a la violencia para tratar de aplastar a
los manifestantes, las autoridades sólo han dado al movimiento un nuevo impulso
y han provocado una crisis en sus filas. La violencia del 30 de noviembre causó
que algunos diputados y cargos del partido dimitieran, y que al mismo tiempo un
puñado denunciara públicamente al partido. Tal vez lo más sorprendente, es que
los canales de televisión progubernamentales propiedad de los oligarcas del
partido, Víctor Pinchuk y Rinat Ajmetov, cubrieran la represión casi en su
totalidad, incluso transmitiendo los incidentes más impactantes.
El presidente Yanukovich continúa llamando a la
calma pública y pide una investigación de la responsabilidad de la policía
antidisturbios, pero los ucranianos están demasiado familiarizados con los
resultados de estas "investigaciones" del gobierno.
Debido a que la izquierda y los sindicatos son muy débiles
en Ucrania, los partidos oligárquicos pro-occidentales (UDAR y Batkivshyna), así
como la extrema derecha (Svoboda) han utilizado esta oportunidad para ocupar
una voz principal en el movimiento. Figuras de la oposición, como Klitschko
(UDAR), Timoshenko, Yatsenyuk (ambos de Batkivshyna) y el ultraderechista
Tahnybok ganarán apoyo de algún sector de las masas. Ellos pueden hacerlo por
las mismas razones que obtienen escaños en las elecciones: son los más
organizados y tienen mucho dinero a su disposición. Sin embargo, ni estas
personas ni los capitalistas europeos tienen nada que ofrecer a Ucrania que no
sea más austeridad y explotación.
La debilidad de la izquierda, el Partido Comunista y la extrema
derecha
Quizás la mayor razón de la debilidad de la Izquierda en Ucrania haya
sido el papel desempeñado por el Partido Comunista de Ucrania desde la
independencia. Mientras que el partido disfrutó de su mayor éxito en los años
de la hiperinflación en la década de 1990, su dirección estalinista adoptó un
programa de servir a los intereses de la oligarquía gobernante. Y aunque
resurgieron en las elecciones parlamentarias del año pasado, en el parlamento
continuaron su seguidismo a la dirección del Partido de las Regiones, del que
dependen para su financiación. En definitiva, cualquier seguidor serio de Lenin
diría que preferiría ver derribada su estatua antes que defender a esta gente.
En algunos pocos lugares de Ucrania hay militantes
honestos del PC, aunque cualquier persona que represente una amenaza para la
burocracia es expulsada tan pronto como asoma la cabeza. En el típico estilo
estalinista, Petro Symonenko, que inicialmente estaba alineado completamente al
lado del Partido de las Regiones, ha planteado ahora que se convoque un referéndum
sobre la cuestión de la UE. Hace poco, durante una sesión parlamentaria, una
diputada del PC denunció los valores europeos como los del "matrimonio
gay" y los de los "africanos criminales".
Este era literalmente el discurso del partido de
extrema derecha Svoboda hasta que éste decidió de manera oportunista unir
fuerzas con los oligarcas pro-occidentales en la ocupación de la plaza
principal de Kiev. Esto es claramente un intento de su parte de ganar
legitimidad ante los capitalistas occidentales que normalmente podrían
desconfiar de ellos por su retórica racista, xenófoba, homófoba y antisemita.
El partido Svoboda, inicialmente era bastante
marginal, ha crecido en los últimos años bajo el dominio del pro-ruso Partido
de las Regiones. Ellos lograron un éxito notable en las elecciones
parlamentarias del año pasado consiguiendo alrededor del 10%. Su base se
encuentra en el oeste de Ucrania de donde obtienen su financiación de hombres
de negocios locales, así como de la diáspora ucraniana. En sus bases militantes
hay varias bandas neonazis que son responsables de muchos ataques violentos
contra activistas de izquierda, e incluso de algunos casos de asesinato.
Su acción de derribar la estatua de Lenin, o incluso
su profanación de las tumbas de los trabajadores masacrados de la fábrica
Arsenal no es sorprendente. Su pretensión de representar "la auténtica
moral ucraniana" es un insulto a los millones de ucranianos que murieron o
fueron forzados a la esclavitud durante la invasión nazi de la Segunda Guerra
Mundial. Por desgracia, el movimiento de la izquierda no es lo suficientemente
fuerte como para enfrentarse abiertamente con ellos, por lo que seguirán siendo
un obstáculo importante por el momento.
¿Qué camino seguir?
Las personas que protestaban a finales de noviembre vieron en la UE la
oportunidad de un cambio del statu quo; un cambio del dominio que los oligarcas
ejercen sobre su país desde la independencia. Pero la represión violenta de la
policía ha dado el movimiento otra dimensión. Junto a la convocatoria de nuevas
elecciones y la dimisión del Presidente se pueden escuchar llamamientos a favor
de una huelga general. Los estudiantes también han presentado demandas
educativas. De hecho, en las manifestaciones de estudiantes en Bessarabsky
Rinok, éstos inicialmente rechazaron la participación de todos los partidos.
Los oligarcas pro-occidentales pueden llegar al
poder sobre las espaldas de este movimiento, pero tienen muy pocas soluciones
para la crisis. Para lo que están luchando es para echar a los oligarcas del
Donetsk, y ocupar su lugar para enriquecerse. Esto pudo verse claramente cuando
estuvieron en el poder después de la "Revolución Naranja" en 2004. ¿Fue
el gobierno realmente menos corrupto? ¿Mejoraron las vidas de las masas
ucranianas? El hecho inconmovible es que los logros sociales alcanzados por el
pueblo en los países de la UE no les fueron otorgados por ninguna clase
gobernante iluminada. Fueron conseguidos por años de lucha organizada de los
trabajadores.
Para la izquierda, es importante distinguir entre
las masas que se manifiestan contra el gobierno y los políticos de derecha que
están tratando de aprovecharse del movimiento de masas para sus propios fines.
La debilidad de la de los sindicatos y de la izquierda, la claudicación del
Partido Comunista ante los oligarcas del Donetsk, y la influencia, tanto de los
imperialismos ruso como occidental, ha complicado enormemente la situación.
Sin embargo, cuando las cosas se ponen en
movimiento, tienden a cambiar: la situación adquiere un movimiento propio y la
clase dominante es menos eficaz en la planificación de sus respuestas. Las
masas sacarán sus conclusiones. Al final, a fin de seguir adelante, las masas
ucranianas, lo mismo que las masas de todos los demás países, tendrán que
aprender a través de la lucha que lo que se requiere no es la búsqueda de
soluciones, bien dentro de la UE o bien con vínculos más estrechos con la Rusia
de Putin, sino unirse a los trabajadores en toda Europa en la lucha contra el
capitalismo y por una Europa Socialista.
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