lunes, 5 de mayo de 2014

Editorial

Semana del 5 al 12 de Mayo de 2014
Mayo es el mes de los trabajadores, pero a diferencia de años anteriores, los trabajadores cada vez tenemos menos que celebrar. Este Primero de Mayo, ha pasado casi desapercibido en el mundo entero. Es cierto que los enormes desfiles que se hacían, hace casi 5 lustros atrás, en Moscú, China, Cuba atraían como el imán a las manifestaciones que daban la vuelta al mundo, como para demostrar el poderío y la capacidad movilizadora de los Partidos Comunistas genuflexos a Moscú.

Esta vez, como muy bien han dicho varios analistas políticos, pareciera que estuviésemos casi
como hace 100 años, luchando por los derechos perdidos en los últimos 20 años de hegemonía neoliberal.

La jornada de las 8 horas
Aunque, en el Perú, a raíz del Paro Nacional del 19 de julio de 1977, el llamado movimiento sindical clasista terminó acéfalo por la venganza gubernamental que permitió el despido de más de 7,000 obreros en su mayoría dirigentes sindicales radicales, las leyes laborales continuaron intactas hasta la llegada de la dictadura fujimontesinista que cambió la constitución para poner fin a todos los derechos laborales.
La privatización de empresas estatales y la reconversión de la economía peruana en primaria-extractiva, con la liquidación de casi la totalidad de empresas industriales dedicadas al mercado nacional a la vez que se reducían los aranceles para favorecer la importación, cambió las condiciones laborales cualitativamente. El abuso empresarial se convirtió en política de Estado, los sindicatos fueron casi liquidados, el derecho a huelga, proscrito, los pactos colectivos pisoteados. Se puso de rodillas al país porque eso agradaba a la inversión extranjera cuyos privilegios hasta hoy siguen siendo el Onceavo mandamiento.
En estas circunstancias además de la Jornada de 8 horas, han desaparecido el pago de sobretiempo, la estabilidad laboral, la seguridad social. También tenemos que el derecho a sindicalización fue mortalmente herido con la llamada “tercerización”, que se entiende mejor cuando se habla de las “services”. Estas instituciones, iniciadas durante el primer gobierno de Alan García, por lo general son apéndices de las empresas privadas que a través de estas instituciones evitan la contratación directa de trabajadores, además gastos de contabilidad y relación directa obrero-patronal. El trabajador se convierte de esta manera en sumiso cumplidor de órdenes, sin ningún tipo de derechos y muchas obligaciones, entre ellas a trabajar horas extras que muchas veces las services no reconocen.
Lo peor es que aparece una especie de síndrome de Estocolmo, en que millones de obreros se sienten casi agradecidos a las services que les “hacen el favor” de conseguirles una esclavitud asalariada.

Ucrania
Siguen recrudeciendo los enfrentamientos provocados por el régimen de Kiev, títere del imperio norteamericano. No debemos olvidar que el paso de las amenazas al uso de la fuerza se hizo apenas John Kerry, Secretario de Estado de Obama, dejó Ucrana en un raid que deja el sabor que dejó en Kiev una lista de operaciones que podrían ser una provocación para una Tercera Guerra Mundial.
Ahora resulta que en Odessa, el puerto más importante en el Mar Negro, una arremetida de los grupos de derecha (una especie de guarimba venezolana, solo que ultraviolentistas) ha ocasionado una verdadera masacre cuando un numeroso grupo de federalistas intentaron escapar a las balaceras escudándose en un local sindical. A continuación, terroristas derechistas ingresaron al local a prenderle fuego y hasta el momento ya se cuentan más de un centenar, las víctimas del incendio, aparte de otro grupo de personas que huyendo del fuego, fueron atacadas en las calles hasta dejarlos muertos o agónicos.
Sin tomar en cuenta la gravedad de los hechos, el fin de semana el presidente Obama, en una cena de gala ante medios (es decir ante los dueños) de prensa, hizo de payaso burlándose de su par el presidente ruso Vladimir Putin.
Para tener una mejor visión de lo que sucede en Ucrania, recomendamos el artículo “Frontera entre imperialismos”.

¿Lucha contra el terrorismo o alianza con este?
El artículo “El grupo Carlyle y su conexión con los Bin Laden”, trae nuevas revelaciones de cómo las agencias capitalistas, en este caso el grupo Carlyle, uno de los grandes gestores mundiales de valores financieros y fondos de inversión, reune a los grandes operadores financieros de EEUU con los Bin Laden, familia del supuesto gestor de los atentados del 11 de septiembre de 2001. Una nota corta con varios “links” para que nuestros lectores formen sus propias opiniones,

¡Humala ahumado!
Es probable que mucha gente se pregunte la razón por la que la derecha, sus medios y sus sicarios políticos como Alan García y su banda de delincuentes, arremetan contra Nadine Heredia esposa de Ollanta “cosito” Humala. ¿No es acaso Heredia la más cercana aliada de esta derecha, capaz de arremeter en contra de los derechos al aumento de salarios que expresan los trabajadores peruanos y que una y otra vez niegan quienes se enjuagan la boca de baba afirmando que estamos en “bonanza económica”?
¿No fue la primera dama quien se comportó como vulgar mujerzuela, al juntar a su partido con los malolientes políticos a fin de conseguir, solo por venganza, una sanción contra Javier Diez Canseco, el menos corrupto de los políticos que ha tenido el Perú desde hace años?
¿No es acaso ella la mucama de la Confiep?
¿Entonces, porqué tanto embarramiento?

Tierra y Libertad
Reproducimos un pronunciamiento de Tierra y Libertad cuyas importantes denuncias no podemos dejar de compartir y difundir, aunque discrepamos de las conclusiones políticas que surgen desde su punto de vista que, sin duda alguna, forman parte del ideario de una vieja izquierda reformista que desde hace más de un siglo repite la misma receta que no ha servido para lograr el cambio definitivo que esperan las masas.
Es que la estrategia política de una organización marca la acción cotidiana de sus militantes. Quienes sostienen que la lucha actual es por conseguir mejores reivindicaciones para el pueblo, y que estas se pueden hacer en el marco del Estado burgués, siempre terminan embarcados en alianzas con grupos que presionan para que al finan nada cambie. El caso de Humala es más que ejemplarizador. No dudamos que en algún momento Humala se creyó depositario del futuro de los pueblos del Perú y desde una actitud mesiánica impuso la sumisión de la izquierda peruana, entre quienes se encontraban muchos líderes que creyeron en él.
El caso es que los cambios sociales no se producen, no pueden producirse por una acción individual. Los viejos políticos de la izquierda que lo apoyaron debieran haber sabido algo muy elemental: quien marcha en compañía del diablo nunca alcanza el cielo. Hoy acusan a Humala de traidor y confían en un nuevo líder que piensan que no los va a traicionar. ¿Será posible que alcanzaremos el cielo marchando en compañía del cura Arana?

Una vez más, la izquierda del bloque democrático popular, vuelve a las andanzas. Urge por ello una acción más decidida y unitaria de quienes atomizadamente aun, siguen considerando la opción de la revolución socialista.

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