Editorial

Semana del 19 al 26 de Mayo de 2014

Ya no es noticia denunciar que la corrupción se extiende día a día como una mancha de aceite. Pero no

debemos dejar que ésta gane la guerra. Aunque aparentemente resulta saludable la detención de César Álvarez, el presidente regional de Ancash, junto a otras 19 personas, a quienes se les acusa de corrupción, malversación de fondos, organizar una banda criminal para asesinar opositores, blanqueo de dinero y vinculación con el narcotráfico, no podemos dejar de resaltar que estos hechos se producen para lavar el rostro de eje de la corrupción que es el propio Estado peruano que desde el fujimontesinismo de los años 90 pasó a convertirse en una institución del crimen organizado. La constitución del 92 es la que le da impunidad a los crímenes de Estado.

Pero es que la corrupción

no es sólo un hecho aislado en una casi ignota república, como es el Perú. Esta da la vuelta al mundo más rápido que el Internet. Las 500 empresas mas poderosas del mundo que se han apropiado del planeta navegan en las inmundas aguas de la corrupción como pez en el agua.

Parafraseando a Gonzáles Prada podríamos decir que el mundo en un ser enfermo que donde se pone el dedo salta la pus.

Mas aun no debemos dejar de denunciar que la corrupción es inherente al sistema capitalista. Está en su naturaleza, forma parte de su habitat.

Por ello las fuerzas anticapitalistas que avanzan por el mundo como un topo que trabaja bajo la tierra, merecen nuestro total apoyo. Algún día, para seguir con la metáfora del topo, asomaremos a la tierra para empezar a limpiar la atmósfera.

Mientras tanto no queda otra cosa que la lucha, que renovamos en este mes que comienza con el día de los trabajadores y trabajadores, y prosigue con la esperanza de un mundo nuevo… socialista. ¡Claro que sí!