lunes, 26 de mayo de 2014

¿Solo Unión Civil y por qué no derechos humanos a plenitud?


La derecha ultrarreaccionaria, agrupada en el fujimontesinismo y el APRA, se han manifestado en contra de los derechos humanos que para ellos como se insinúa bajo la sotana del cura Cipriani, cardenal del Perú, son “una cojudez”.
A los reclamos de millones de mujeres que por ley son impedidas de ejercer derechos sobre sus cuerpos, cuando exigen la libertad de aborto, se suma ahora la negativa de reconocer la diversidad sexual, amparándola con leyes que respeten su presencia social y que llegado el momento cuando se juntan en pareja adquieran derechos matrimoniales.
Los reaccionarios, unos seres salidos del pasado que quisieran volver a implantar la inquisición para llevar a la hoguera a quienes no pensamos como ellos, ocultan la realidad como si fuera posible tapar el sol con un dedo.
Hace años que biólogos, médicos y siquiatras han querido encontrar las causas de la homosexualidad para “curarla”, pero ha sido en vano, Finalmente han llegado a la conclusión de que no se trata de una enfermedad. De modo que la homosexualidad y el lesbianismo corresponden a realidades científicamente demostrables que la sociedad debe aceptar sí o sí. Y sin temor alguno. Muchos sicoanalistas han señalado más de una vez que en el fondo, la homofobia surge en personas temerosas de su definición sexual y es el temor a caer en la homosexualidad y en el lesbianismo lo que las enfrenta con personas de esa condición. En otras palabras, es el temor de sentirse en el closet lo que se convierte en furia contra la causa de sus temores.
Del lado opuesto, las personas sanas, saludables y seguras de su identidad sexual, no tienen temor a que la diversidad sexual tenga su correlato de amparo en las leyes.
Para esto, también debemos tener en claro que vivimos en pleno siglo XXI, y que hace mucho que se produjo la separación de la iglesia y el Estado, de modo que la religión tiene su lugar en las parroquias de donde no debe salir, mucho menos como lo hacen ahora esta nueva alianza entre católicos y cristianos, que desembozadamente hacen política para influir en las decisiones legislativas.
Cabeza del conjunto cavernario son los congresistas Julio Rosas y Carlos Tubino, el primero ha juntado un millón de firmas para oponerse a la ley, en tanto que el segundo no deja de pronunciarse homofóbicamente en cuanto debate haya y en su propio twitter donde ha llegado a decir que está decididamente opuesto a que los homosexuales formen parte de la marina de guerra peruana, una institución en la que ya ha habido escándalos por conductas homosexuales.
Quien encabeza la propuesta de Ley de Unión Civil es el congresista, ex Perú Posible, Carlos Bruce quien hace poco declaró ante las cámaras de televisión su identidad homosexual. Fue un acto de valentía que no podemos dejar de saludar a pesar de nuestras discrepancias políticas porque se trata de un personaje de derecha. También pensamos que su propuesta queda en la mitad del camino, porque en vez de Unión Civil debiera ampliamente proponerse la ley de Matrimonio entre parejas del mismo sexo. Pero el temor a enfrentar abiertamente la oposición a este proyecto, que cuenta con la ayuda de los medios, hace que la propuesta sea muy blandengue. Posiblemente debido a ella no prosperará hasta una nueva legislatura.

Sólo los socialistas, consecuentes con la lucha por los derechos humanos de todos y todas, sabremos llevar hasta el final la lucha por esta conquista social.

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